05-09-2018, 08:38 PM
Hola a todos, el año pasado, trayendo el barco desde Canaria, este tramo fue el más complicado de todos... Madeiras - Marruecos, a pesar de que la intención origimal era Madeiras - Cadiz [emoji14]
Las aguas se aborbotonan y mi corazón se acelera, late rápidamente, no tengo miedo, pero estoy preocupado. La travesía ha estado llena de imprevistos y la seguridad en mi mismo, que hasta ahora siempre me había acompañado, se ve mellada por los últimos acontecimiento... Tras seis días navegando he tenido demasiados percances: en una mala trasluchada el enrollador de la vela genovesa se trabó y la escota tomó varias vueltas, arrastrándome por cubierta pude solucionarlo, pero lo consideré un mal augurio; luego una vía de agua, ocasionada por una llave de paso averiada, me dio un buen susto y me obligó a improvisar un espiche; un derrame de diésel por una distracción a la hora de trasvasar gasoil del tanque principal al de servicio me obligó a pasar un buen rato con la cabeza metida en la sentina achicando; la avería en las luces de navegación que he podido remediar metiéndome en el tambucho de proa, improvisadamente empalmando el viejo y seco cable, aún me tiene preocupado; una rifada de 40 centímetros en mi única velamayor, que he podido coser a pesar de la lluvia y el oleaje podría ceder en cualquier momento; la rotura de 3 patines de la vela mayor causada por el fuerte viento me obligó a tomar 4 rizos, me hace pensar en el mal estado general de todos los patines; y en fín, la navegación agitada cargada de percances me ha dejado exhausto y temeroso.
A pesar de todo aquí estoy, recostado sobre la cubierta interior del Libertad, intentando dormir un poco a pesar de los interminables pantocazos, el silbido del viento y el ruido de la lluvia que impactando sobre el metal del velero resuena con furia me acompaña cual música de infernal orquesta. Hace pocas horas que he tenido que tomar la decisión de abandonar mis aspiraciones, he resignado el rumbo 030 y he cedido en mi voluntad de arribar a las costas de Cádiz, ahora la proa en demora al 070 marca el rumbo a un puerto que desconozco, llamado Jorf Lasfar, el único puerto cercano marcado en mis cartas generales de Marruecos.
Suena la alarma, ya ha pasado media hora desde mi última oteada al horizonte, me levanto y busco la linterna, hace mas de 24 horas que no quedan baterías y navego sin luces (no ha salido el sol en 6 días, por lo que no he tenido nada de carga solar y no soportoel ruido del motor que con una hora diaria apenas me sirve para sostener la demanda energética de las luces de navegación), pienso que me estoy acercando a costa y debería acortar el periodo de descanso. Como puedo subo la escalera y abro la escotilla, observo el rumbo y el barco por suerte sigue navegando fiel, 075, 070, 075, 070, el timón atado está resistiendo el mal tiempo y la mar eufórica, me resulta sorprendente, pienso que debí atarlo mucho antes y no gastar las baterías en el piloto automático. Algo se mueve en cubierta y veo un gran albatros negro sujetándose como puede de un pasa manos, es enorme, al menos debe medir un metro, me impresiona mucho verlo hacer equilibro sujetado de tan inestable soporte. Observo el horizonte, un buque de gran porte navega a mi babor a una distancia de 4 o 5 millas, otros dos buques parecen llevar mi mismo rumbo por estribor, estos bastante mas lejanos.
El albatros, que estaba en popa toma vuelo y se sujeta del pasamanos de babor, como observando al buque que acompaña mi rumbo, sin dudas está pensando en volar hasta allí para ganar un poco mas de estabilidad. Con su cola hace equilibrio y parece conducir el viento hacia la vela mayor, pienso que quizá sea un espíritu de la naturaleza que ha venido a cuidarme, o tal vez simplemente un ave cansada que busca reposo en su largo viaje, de cualquier manera se que no durará, se la ve incomoda e inestable, tomada del caño cilíndrico de 14mm de diámetro apenas si mantiene el equilibrio.
De repente el gran buque comienza a virar hacia estribor y en muy poco tiempo veo ambas luces, la verde y la roja viniendo hacia mi a gran velocidad. Tomo el VHF portatil y agitadamente comienzo a transmitir: ship on my port this is sailboat on your bow course,ship on my port this is sailboat in your front, have you seen me? No recibo respuesta y mi ansiedad aumenta, sigo viendo ambas luces y las 4 millas se han reducido a solo 2, es un buque inmenso y viene a gran velocidad, busco apresuradamente el reflector y les hago luces, noto como cae unos pocos grados a estribor y pronto lo veo pasando por mi popa, no respondieron pero me vieron…
Decido reducir los periodos de descanso a 20 minutos. Chequeo en el plóter y estoy dando 7 nudos sobre el fondo y Jorf Lasfar está a poco mas de 20 millas, el cansancio me obliga a relajarme y volver a entrar, por suerte la lluvia ha menguado y no me mojé tanto,aún así me cambio los calcetines, último par seco y me vuelvo a recostar sobre la colchoneta que me espera en la cubierta interior, entre la mesa y el asiento de estribor, el sitio mas confortable para intentar descansar. Pongo la alarma en 20 minutos y veo la hora, probablemente cuando vuelva a abrir los ojos sea de día, eso me genera cierto alivio, caigo en un profundo sueño.
Suena la alarma, me levanto y con un paso torpe consigo llegar hasta la escalera, subo y reviso el horizonte, todo sigue igual, observo el rumbo 065, 070, 065, 070, vuelvo a alegrarme de la fidelidad del curso, me alegra que el viento se sostenga y que el trimado de las velas me permita mantenerme a resguardo del frío, pienso que llevar el timón durante otras tres horas bajo la lluvia sería un infierno, reviso el plóter y veo que estoy dando 10 nudos sobre el fondo, el puerto de resguardo ya se encuentra a poco mas de hora y media, está a punto de amanecer, cierro la escotilla y vuelvo a recostarme.
El tintineo de las drizas y el meneo del barco me despiertan, ya es de día, parece que el viento ha cesado y el barco se encuentra boyando entre el oleaje que aún no baja de 5 metros, las sacudidas me hacen trastabillar y golpearme contra la mesa, me sujeto como puedo y tomo impulso para ir hasta la escalera, al subir veo que afirmativamente ya no hay viento, nada de viento, las velas flamean suavemente y el barco ha perdido el rumbo, ya no navego. Reviso el plóter y veo que estoy a poco mas de 10 millas, malditasea, hubiera llegado en menos de una hora, tendré que encender el motor. Arranca a la primera, lo pongo a 1700 rpm y resignado me siento al timón, estoy dando 3 nudos sobre el fondo, tendré que soportar el cansancio y la ansiedad otras 3 horas.
Me voy acercando a costa y comienzo a ver cientos de pequeñas embarcaciones pesqueras faenando, mi derrota está minada de improvisadas boyas de pesca, tengo que tener mucho cuidado de no enredar la hélice con ningún aparejo… En el horizonte se ve mucha niebla, o parece niebla, quizá no sea niebla, llega a cubrir el cielo, que demonios es eso? En cuanto me voy acercando a puerto la situación se torna misteriosa, parece una película de miedo, me voy adentrando en una atmósfera apestosa, huele a azufre, la visibilidad se reduce, el cielo y el horizonte están cubiertos de una densa capa de humo blanco… Que será este puerto? A donde me estoy metiendo?
Tras tres largas horas, gritando al cielo toda clase de insultos, alterado por el ruido del motor que hace de cuchilla en mis oídos, cansado por siete días de ceñida en contra de viento y marea, agotado por el temporal que misteriosamente desapareció de unmomento a otro, todavía me cuestiono si entrar en aquel puerto misterioso o seguir costeando en búsqueda de un puerto mas amigable. Decido entrar, el cansancio me obliga a superar los temores y a pesar de no tener cartas costeras ni portulano aproo el barco a la bocana del puerto.
Cientos de pesqueros entran y salen, rozando mi casco por ambas bandas, veo caos por todos lados, es un puerto enorme, hay buques de carga abasteciendo sus bodegas con una polvorienta carga, azufre probablemente por el olor a infierno que impera, por el VHF nadie contesta, pruebo el canal 9, el 13, el 16, sigo probando canales, nadie contesta. Parece un laberinto, hay boyas señalizando a saber que cosa por todos lados, es un puerto caótico. De repente oigo gritos desde una pequeña embarcación con alguien que porta galones de oficial a bordo, me grita que ponga el canal 11 y en un improvisado inglés me pregunta si deseo atraque y me ordena seguirlo, me guía hasta una inmensa rueda de tractor que sin duda será mi atraque y desembarca para ayudarme.
A pesar de todo siento gran alivio, la tensión se reduce poco a poco y el prometedor descanso me ilusiona, pero antes debo ir a hacer los densos trámites de ingreso al país….
Saludos!!
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Las aguas se aborbotonan y mi corazón se acelera, late rápidamente, no tengo miedo, pero estoy preocupado. La travesía ha estado llena de imprevistos y la seguridad en mi mismo, que hasta ahora siempre me había acompañado, se ve mellada por los últimos acontecimiento... Tras seis días navegando he tenido demasiados percances: en una mala trasluchada el enrollador de la vela genovesa se trabó y la escota tomó varias vueltas, arrastrándome por cubierta pude solucionarlo, pero lo consideré un mal augurio; luego una vía de agua, ocasionada por una llave de paso averiada, me dio un buen susto y me obligó a improvisar un espiche; un derrame de diésel por una distracción a la hora de trasvasar gasoil del tanque principal al de servicio me obligó a pasar un buen rato con la cabeza metida en la sentina achicando; la avería en las luces de navegación que he podido remediar metiéndome en el tambucho de proa, improvisadamente empalmando el viejo y seco cable, aún me tiene preocupado; una rifada de 40 centímetros en mi única velamayor, que he podido coser a pesar de la lluvia y el oleaje podría ceder en cualquier momento; la rotura de 3 patines de la vela mayor causada por el fuerte viento me obligó a tomar 4 rizos, me hace pensar en el mal estado general de todos los patines; y en fín, la navegación agitada cargada de percances me ha dejado exhausto y temeroso.
A pesar de todo aquí estoy, recostado sobre la cubierta interior del Libertad, intentando dormir un poco a pesar de los interminables pantocazos, el silbido del viento y el ruido de la lluvia que impactando sobre el metal del velero resuena con furia me acompaña cual música de infernal orquesta. Hace pocas horas que he tenido que tomar la decisión de abandonar mis aspiraciones, he resignado el rumbo 030 y he cedido en mi voluntad de arribar a las costas de Cádiz, ahora la proa en demora al 070 marca el rumbo a un puerto que desconozco, llamado Jorf Lasfar, el único puerto cercano marcado en mis cartas generales de Marruecos.
Suena la alarma, ya ha pasado media hora desde mi última oteada al horizonte, me levanto y busco la linterna, hace mas de 24 horas que no quedan baterías y navego sin luces (no ha salido el sol en 6 días, por lo que no he tenido nada de carga solar y no soportoel ruido del motor que con una hora diaria apenas me sirve para sostener la demanda energética de las luces de navegación), pienso que me estoy acercando a costa y debería acortar el periodo de descanso. Como puedo subo la escalera y abro la escotilla, observo el rumbo y el barco por suerte sigue navegando fiel, 075, 070, 075, 070, el timón atado está resistiendo el mal tiempo y la mar eufórica, me resulta sorprendente, pienso que debí atarlo mucho antes y no gastar las baterías en el piloto automático. Algo se mueve en cubierta y veo un gran albatros negro sujetándose como puede de un pasa manos, es enorme, al menos debe medir un metro, me impresiona mucho verlo hacer equilibro sujetado de tan inestable soporte. Observo el horizonte, un buque de gran porte navega a mi babor a una distancia de 4 o 5 millas, otros dos buques parecen llevar mi mismo rumbo por estribor, estos bastante mas lejanos.
El albatros, que estaba en popa toma vuelo y se sujeta del pasamanos de babor, como observando al buque que acompaña mi rumbo, sin dudas está pensando en volar hasta allí para ganar un poco mas de estabilidad. Con su cola hace equilibrio y parece conducir el viento hacia la vela mayor, pienso que quizá sea un espíritu de la naturaleza que ha venido a cuidarme, o tal vez simplemente un ave cansada que busca reposo en su largo viaje, de cualquier manera se que no durará, se la ve incomoda e inestable, tomada del caño cilíndrico de 14mm de diámetro apenas si mantiene el equilibrio.
De repente el gran buque comienza a virar hacia estribor y en muy poco tiempo veo ambas luces, la verde y la roja viniendo hacia mi a gran velocidad. Tomo el VHF portatil y agitadamente comienzo a transmitir: ship on my port this is sailboat on your bow course,ship on my port this is sailboat in your front, have you seen me? No recibo respuesta y mi ansiedad aumenta, sigo viendo ambas luces y las 4 millas se han reducido a solo 2, es un buque inmenso y viene a gran velocidad, busco apresuradamente el reflector y les hago luces, noto como cae unos pocos grados a estribor y pronto lo veo pasando por mi popa, no respondieron pero me vieron…
Decido reducir los periodos de descanso a 20 minutos. Chequeo en el plóter y estoy dando 7 nudos sobre el fondo y Jorf Lasfar está a poco mas de 20 millas, el cansancio me obliga a relajarme y volver a entrar, por suerte la lluvia ha menguado y no me mojé tanto,aún así me cambio los calcetines, último par seco y me vuelvo a recostar sobre la colchoneta que me espera en la cubierta interior, entre la mesa y el asiento de estribor, el sitio mas confortable para intentar descansar. Pongo la alarma en 20 minutos y veo la hora, probablemente cuando vuelva a abrir los ojos sea de día, eso me genera cierto alivio, caigo en un profundo sueño.
Suena la alarma, me levanto y con un paso torpe consigo llegar hasta la escalera, subo y reviso el horizonte, todo sigue igual, observo el rumbo 065, 070, 065, 070, vuelvo a alegrarme de la fidelidad del curso, me alegra que el viento se sostenga y que el trimado de las velas me permita mantenerme a resguardo del frío, pienso que llevar el timón durante otras tres horas bajo la lluvia sería un infierno, reviso el plóter y veo que estoy dando 10 nudos sobre el fondo, el puerto de resguardo ya se encuentra a poco mas de hora y media, está a punto de amanecer, cierro la escotilla y vuelvo a recostarme.
El tintineo de las drizas y el meneo del barco me despiertan, ya es de día, parece que el viento ha cesado y el barco se encuentra boyando entre el oleaje que aún no baja de 5 metros, las sacudidas me hacen trastabillar y golpearme contra la mesa, me sujeto como puedo y tomo impulso para ir hasta la escalera, al subir veo que afirmativamente ya no hay viento, nada de viento, las velas flamean suavemente y el barco ha perdido el rumbo, ya no navego. Reviso el plóter y veo que estoy a poco mas de 10 millas, malditasea, hubiera llegado en menos de una hora, tendré que encender el motor. Arranca a la primera, lo pongo a 1700 rpm y resignado me siento al timón, estoy dando 3 nudos sobre el fondo, tendré que soportar el cansancio y la ansiedad otras 3 horas.
Me voy acercando a costa y comienzo a ver cientos de pequeñas embarcaciones pesqueras faenando, mi derrota está minada de improvisadas boyas de pesca, tengo que tener mucho cuidado de no enredar la hélice con ningún aparejo… En el horizonte se ve mucha niebla, o parece niebla, quizá no sea niebla, llega a cubrir el cielo, que demonios es eso? En cuanto me voy acercando a puerto la situación se torna misteriosa, parece una película de miedo, me voy adentrando en una atmósfera apestosa, huele a azufre, la visibilidad se reduce, el cielo y el horizonte están cubiertos de una densa capa de humo blanco… Que será este puerto? A donde me estoy metiendo?
Tras tres largas horas, gritando al cielo toda clase de insultos, alterado por el ruido del motor que hace de cuchilla en mis oídos, cansado por siete días de ceñida en contra de viento y marea, agotado por el temporal que misteriosamente desapareció de unmomento a otro, todavía me cuestiono si entrar en aquel puerto misterioso o seguir costeando en búsqueda de un puerto mas amigable. Decido entrar, el cansancio me obliga a superar los temores y a pesar de no tener cartas costeras ni portulano aproo el barco a la bocana del puerto.
Cientos de pesqueros entran y salen, rozando mi casco por ambas bandas, veo caos por todos lados, es un puerto enorme, hay buques de carga abasteciendo sus bodegas con una polvorienta carga, azufre probablemente por el olor a infierno que impera, por el VHF nadie contesta, pruebo el canal 9, el 13, el 16, sigo probando canales, nadie contesta. Parece un laberinto, hay boyas señalizando a saber que cosa por todos lados, es un puerto caótico. De repente oigo gritos desde una pequeña embarcación con alguien que porta galones de oficial a bordo, me grita que ponga el canal 11 y en un improvisado inglés me pregunta si deseo atraque y me ordena seguirlo, me guía hasta una inmensa rueda de tractor que sin duda será mi atraque y desembarca para ayudarme.
A pesar de todo siento gran alivio, la tensión se reduce poco a poco y el prometedor descanso me ilusiona, pero antes debo ir a hacer los densos trámites de ingreso al país….
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