02-10-2024, 09:52 PM
Ya quedó atrás el verano gallego que ha pasado como un suspiro y a medida que vamos haciéndonos mayores la vida pasa cada vez más aprisa, entre la subida un tanto accidentada desde el Mediterráneo, el cambio de motor al Bahia de las Islas, la bajada del Prime Time desde Noruega y el deambular por las rías baixas del último mes, nos hemos plantado en el otoño casi sin darnos cuenta, ahora toca ocuparme del mantenimiento del barco y tenerlo en plena forma la campaña que viene, que aún no está bien definida, una vez que he cancelado
este año, el cruce del Atlántico.
En Galicia, tengo mis lugares estratégicos para los diferentes trabajos y todo lo referente a acastillaje me gusta hacerlo en Sada, así que para allá me voy, en principio iba a acompañarme la primera etapa, un amigo de Bilbao, pero las comunicaciones por tierra en Galicia son asignatura pendiente en ciertos lugares y no ha sido posible una combinación aceptable desde Muxía.
Definitivamente haré el viaje solo entre la ría de Arousa y la de Betanzos, previo paso por la población de Cabo Cruz a recoger el motor fuera borda que dejé ya hace días en manos de los mecánicos de Yamaha que tienen allí su taller, que por cierto, muy recomendables.
Dejo a mi amigo en Aguiño y con una previsión no demasiado favorable me encamino, pegadito a la costa hacia el norte, las bichas aún andan por Galicia y no es cuestión de tener que interactuar, así que lo mejor evitarlas.
Estoy asombrado de la cantidad de veleros que me cruzo en su ruta hacia el sur, también navegando cerca de costa, algunos de manera excesiva.
Dejo los arrecifes de los Bruyos y los Meixidos por Babor y pongo proa a Fisterra, vigilante en la única zona de mar abierto que voy a navegar, en la que hace un par de años vinieron la bichas a interactuar y no las gustó el Bahía, la misma zona en la que, al Tenzee de Caribdis le hicieron unas caricias.
Sobrepasado el cabo, bajo la mirada de turistas, dejo también el islote de O Centolo por babor, pongo proa a cabo La Nave y Touriñan, la navegación, siguiendo a motor, se hace incómoda porque la mar de fondo rompe contra la costa y el rebote forma una mar de ola cruzada.
El paso por Touriñan también entre el cabo y el bajo del Farelo, ese arrecife a flor de agua que algunos barcos ya le han dado algunos castañazos, siempre por puro descuido, porque se encuentra a media milla del faro, en la ruta de entrada y salida por el sur a la ría de Camariñas aunque está señalizado con precisión en las cartas.
Como para el día siguiente se espera el paso de un frente con viento duro del sur, opto por quedarme fondeado en la playa junto al puerto de Muxía, no es la primera vez que largo el ancla en ese lugar, ni será el último.
En vez de acompañar el relato con fotos pongo el vídeo que subí hace unos días, a mi canal de YouTube, que como se dice una buena imagen vale más que mil palabras.
este año, el cruce del Atlántico.
En Galicia, tengo mis lugares estratégicos para los diferentes trabajos y todo lo referente a acastillaje me gusta hacerlo en Sada, así que para allá me voy, en principio iba a acompañarme la primera etapa, un amigo de Bilbao, pero las comunicaciones por tierra en Galicia son asignatura pendiente en ciertos lugares y no ha sido posible una combinación aceptable desde Muxía.
Definitivamente haré el viaje solo entre la ría de Arousa y la de Betanzos, previo paso por la población de Cabo Cruz a recoger el motor fuera borda que dejé ya hace días en manos de los mecánicos de Yamaha que tienen allí su taller, que por cierto, muy recomendables.
Dejo a mi amigo en Aguiño y con una previsión no demasiado favorable me encamino, pegadito a la costa hacia el norte, las bichas aún andan por Galicia y no es cuestión de tener que interactuar, así que lo mejor evitarlas.
Estoy asombrado de la cantidad de veleros que me cruzo en su ruta hacia el sur, también navegando cerca de costa, algunos de manera excesiva.
Dejo los arrecifes de los Bruyos y los Meixidos por Babor y pongo proa a Fisterra, vigilante en la única zona de mar abierto que voy a navegar, en la que hace un par de años vinieron la bichas a interactuar y no las gustó el Bahía, la misma zona en la que, al Tenzee de Caribdis le hicieron unas caricias.
Sobrepasado el cabo, bajo la mirada de turistas, dejo también el islote de O Centolo por babor, pongo proa a cabo La Nave y Touriñan, la navegación, siguiendo a motor, se hace incómoda porque la mar de fondo rompe contra la costa y el rebote forma una mar de ola cruzada.
El paso por Touriñan también entre el cabo y el bajo del Farelo, ese arrecife a flor de agua que algunos barcos ya le han dado algunos castañazos, siempre por puro descuido, porque se encuentra a media milla del faro, en la ruta de entrada y salida por el sur a la ría de Camariñas aunque está señalizado con precisión en las cartas.
Como para el día siguiente se espera el paso de un frente con viento duro del sur, opto por quedarme fondeado en la playa junto al puerto de Muxía, no es la primera vez que largo el ancla en ese lugar, ni será el último.
En vez de acompañar el relato con fotos pongo el vídeo que subí hace unos días, a mi canal de YouTube, que como se dice una buena imagen vale más que mil palabras.