Además de las salidas y puestas una de las cosa que más me gusta, es ponerme a proa y escuchar el sonido de la proa cortando el mar, después me quedo extasiado viendo como portan las velas y admirando como la fuerzan del viento bien utilizada, sirve para desplazar toneladas de fibra sin ninguna otra propulsión.
Saludos.
Gomonne
(09-12-2018, 11:13 PM)Hippie escribió: [ -> ]y que vengan los peces a limpiarte los pies jujujujujujueso si que mola
Pues todavia no ha picado ninguno, pero seguire intentandolo
Además de las salidas y puestas una de las cosa que más me gusta, es ponerme a proa y escuchar el sonido de la proa cortando el mar, después me quedo extasiado viendo como portan las velas y admirando como la fuerzan del viento bien utilizada, sirve para desplazar toneladas de fibra sin ninguna otra propulsión.
Saludos.
Gomonne
Elegir un momento concreto o una sensación por encima de las demás que me ofrece la navegación es complicado porque, como con los amigos, no tengo un orden de preferencias pero, a parte de todas las que ya habeis dicho, entre las razones por las que me gusta nuestra afición, una de ellas es por las sensaciones
y las emociones que tengo cuando llego a un sitio desconocido para mí y que me hacen disfrutar de su belleza, su exotismo, su cultura, su historia, su naturaleza..., o sea de todas las cualidades del nuevo descubrimiento y es por eso que equiparo mis emociones a las que debían de sentir Colón, Magallanes, Malaspina o Bustamante cuando arribaban a un sitio nuevo nunca antes visitado. Ya se que mis gestas nunca podrán asemejarse a ninguna de los mencionados pero las emociones, seguro que se aproximan un poquito y yo disfruto sobremanera la sensación de descubridor que me llena al arribar a un nuevo destino
Soltar amarras
Salúd y buenos vientos!
Para mi , a parte de lo anteriormente citado(en el orden que cada uno prefiera), lo quemas me gusta el la cara de ilusión/alucine de mi hijo pequeño, el mas marinero de los dos, al ver una manta raya pasar por debajo de nuestra quilla justo antes de ir a dormir a bordo de nuestro pequeño llaut...
Eso y bucear juntos en busca de 'tesoros' : conchas, estrellas de mar, piedras, anclas abandonadas...
El barco es un "aleph", una máquina del tiempo, pero no en el sentido clásico, de poder llevarme a otras épocas del pasado... Es una máquina que puede llegar a sacarme de la dimensión temporal que siempre me acompaña. Cuando se alcanza ese instante de perfección en que todo es equilibrio, la velas, el rumbo, el viento, las olas, los sonidos, el (falso) silencio ...ese instante "eterno", fuera del tiempo, mágico, en que se recupera la unión con todo, sin mediar lenguaje, sin pensamiento casi... entonces Ítaca es el viaje.
Os intento relatar un cuento y después una experiencia.
Cuando cruzamos un océano manteniendo siempre el mismo rumbo, sin tocar las velas, dejando que el piloto automático haga su trabajo... sueñas con la tierra. Imaginas que los senos de las olas reproducen El Valle de tu infancia, una composición de rompientes se parece a una cordillera nevada que ves con frecuencia cerca de tu casa . También visualizas en los diferentes tipos de olas dispares comportamientos. Unas son mansas y barrigudas. Otras amanezantes y de afiladas aristas. Llegas a pensar que las olas son independientes y tienen personalidad propia, pero las olas solo son del mar.
Me contaron que un monje relataba una experiencia. Una gaviota se descolgaba desde un acantilado abriendo sus alas en dirección a un lago que el monje observa sentado. La gaviota describe con su vuelo una parábola perfecta hasta que con la punta de sus patas roza la piel del agua. En ese mismo momento el monje sufre un estremecimiento como si su piel, fuera la piel del agua.
Seguramente mis experiencias más interesantes han sido cuando he sentido eso que llamo - abusando de la paradoja: - el sometimiento liberador.-
Cuando pensabas que tendrías tiempo favorable y todo se pone en tu contra, tienes dos alternativas: enfadarte, maldecir tu suerte.... o asumirlo estoicamente, acatar lo que te ha tocado, someterte mansamente al dictamen de la naturaleza. Cuando dejas de luchar, sientes que te fundes en el todo, que eres con tu barco y con el mar una sola entidad. Sientes en tu piel, el cimbreo de la jarcia, el gualdrapeo de una vela mal trimada, o la percibes vibrante y afinada, cuando transite toda su fuerza a las escotas.
Pero también sientes que el viento y las olas y ya no son amenazantes porque tu formas parte de eso todo que es el océano en su inmensa realidad tridimensional y sus criaturas. En ese momento alcanzas la plenitud y una cierta euforia, Justo cuando te sientes tan pequeño y tan Grande al mismo tiempo.
Cuando pierdes la costa de vista en una navegación tranquila y observas todo tu alrededor sin un solo alma a la vista más que la tuya y la de tu barco, ese momento y lo que dure es una sensación única que me hace querer volver a conseguirlo nada más acabar.