14-08-2025, 01:19 PM
Un oncólogo se lleva a sus pacientes con cáncer al mar en su velero y les ayuda a escapar de la rutina: “Al principio pensaron que estaba loco”
Javier Carrasco, médico del Gran Hospital de Charleroi, ha puesto en marcha una iniciativa pionera que permite a los pacientes desconectar de la rutina hospitalaria
Javier Carrasco vive en Nodebais, una pequeña localidad belga, y combina su labor como oncólogo en el Gran Hospital de Charleroi con su gran pasión; la vela. Desde hace años acariciaba una idea que, según reconoce, podía parecer descabellada: llevar al mar, en un velero, a personas que están afrontando un tratamiento oncológico.
“Es una idea que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo. La vela es mi pasión y para mí, estar en el mar es un momento suspendido, fuera del tiempo. Quería compartir esa experiencia con personas a las que veo todos los días en el hospital, cuyo día a día entre revisiones y quimioterapia no es fácil”, explica Carrasco en un reportaje del diario belga, DH Les Sports.
Hace dos años dio un paso clave: compró un velero de 14 metros de eslora, un Boréal 47 de aluminio pensado para travesías largas. “Me di cuenta de que tenía la suerte de poder cumplir mi sueño y quise compartirlo con ellos. La idea era que pudieran, al menos durante unas horas, salir de ese entorno hospitalario y desconectar. El mar y el barco son ideales para eso”, afirma.
La oportunidad llegó a través de la Maison Mieux-Être (Casa del Bienestar), una iniciativa del propio hospital donde trabaja Carrasco. Situada junto al centro médico, esta casa ofrece a los pacientes en tratamiento actividades de ocio y bienestar, en un entorno más hogareño que clínico.
Fue allí donde propuso que las salidas en velero formaran parte del programa. “Al principio me tomaron por loco”, recuerda entre risas. “La Maison Mieux-Être y mis colegas dudaban de que un proyecto así pudiera llevarse a cabo, pero pronto me dieron su apoyo. Establecimos criterios para que fuera seguro: los participantes deben contar con la autorización de su médico antes de embarcar”.
Navegar como terapia
En las salidas, Carrasco no está solo. Le acompaña una patrona de barco que también se ha implicado en el proyecto. “No son pasajeros habituales”, comenta. “Tienen unas ganas enormes de vivir y algunos se marcan el reto de salir al mar. A mí me recuerdan la suerte que tengo de estar sana y de poder disfrutar de este maravilloso deporte”.
Para muchos participantes, la experiencia no es solo un paseo, sino un auténtico desafío físico y mental. Murielle, una de las pacientes que ha podido embarcarse mientras continúa su tratamiento, describe el impacto que tuvo en ella: “Fue un verdadero momento de desconexión. Cuando estás enfermo, es importante cambiar de aires y dejar de pensar todo el tiempo en la enfermedad, aunque no es fácil. Poder llevar el timón fue increíble. Estar al mando y en contacto con la naturaleza es una sensación única. Hay que mantener el rumbo pese a las dificultades, al viento, a las olas. Gracias de verdad al doctor Carrasco y a la Maison Mieux-Être por permitirnos vivir este momento de ensueño”.
Aunque la navegación no sustituye ningún tratamiento médico, el oncólogo defiende que actividades como esta tienen un gran valor añadido. “No se trata solo de pasar un buen rato, sino de generar bienestar, de romper la rutina hospitalaria y de ofrecer a los pacientes un espacio para sentirse libres, en control y en conexión con algo más grande que la enfermedad”, resume Carrasco.
Su iniciativa, que comenzó como una idea personal, se ha convertido en un complemento muy valorado por quienes han participado. Tanto, que ya se estudia repetir las salidas de manera periódica y abrirlas a más pacientes del hospital.
Fuente:
https://www.infobae.com/espana/2025/08/1...taba-loco/
Javier Carrasco, médico del Gran Hospital de Charleroi, ha puesto en marcha una iniciativa pionera que permite a los pacientes desconectar de la rutina hospitalaria
Javier Carrasco vive en Nodebais, una pequeña localidad belga, y combina su labor como oncólogo en el Gran Hospital de Charleroi con su gran pasión; la vela. Desde hace años acariciaba una idea que, según reconoce, podía parecer descabellada: llevar al mar, en un velero, a personas que están afrontando un tratamiento oncológico.
“Es una idea que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo. La vela es mi pasión y para mí, estar en el mar es un momento suspendido, fuera del tiempo. Quería compartir esa experiencia con personas a las que veo todos los días en el hospital, cuyo día a día entre revisiones y quimioterapia no es fácil”, explica Carrasco en un reportaje del diario belga, DH Les Sports.
Hace dos años dio un paso clave: compró un velero de 14 metros de eslora, un Boréal 47 de aluminio pensado para travesías largas. “Me di cuenta de que tenía la suerte de poder cumplir mi sueño y quise compartirlo con ellos. La idea era que pudieran, al menos durante unas horas, salir de ese entorno hospitalario y desconectar. El mar y el barco son ideales para eso”, afirma.
La oportunidad llegó a través de la Maison Mieux-Être (Casa del Bienestar), una iniciativa del propio hospital donde trabaja Carrasco. Situada junto al centro médico, esta casa ofrece a los pacientes en tratamiento actividades de ocio y bienestar, en un entorno más hogareño que clínico.
Fue allí donde propuso que las salidas en velero formaran parte del programa. “Al principio me tomaron por loco”, recuerda entre risas. “La Maison Mieux-Être y mis colegas dudaban de que un proyecto así pudiera llevarse a cabo, pero pronto me dieron su apoyo. Establecimos criterios para que fuera seguro: los participantes deben contar con la autorización de su médico antes de embarcar”.
Navegar como terapia
En las salidas, Carrasco no está solo. Le acompaña una patrona de barco que también se ha implicado en el proyecto. “No son pasajeros habituales”, comenta. “Tienen unas ganas enormes de vivir y algunos se marcan el reto de salir al mar. A mí me recuerdan la suerte que tengo de estar sana y de poder disfrutar de este maravilloso deporte”.
Para muchos participantes, la experiencia no es solo un paseo, sino un auténtico desafío físico y mental. Murielle, una de las pacientes que ha podido embarcarse mientras continúa su tratamiento, describe el impacto que tuvo en ella: “Fue un verdadero momento de desconexión. Cuando estás enfermo, es importante cambiar de aires y dejar de pensar todo el tiempo en la enfermedad, aunque no es fácil. Poder llevar el timón fue increíble. Estar al mando y en contacto con la naturaleza es una sensación única. Hay que mantener el rumbo pese a las dificultades, al viento, a las olas. Gracias de verdad al doctor Carrasco y a la Maison Mieux-Être por permitirnos vivir este momento de ensueño”.
Aunque la navegación no sustituye ningún tratamiento médico, el oncólogo defiende que actividades como esta tienen un gran valor añadido. “No se trata solo de pasar un buen rato, sino de generar bienestar, de romper la rutina hospitalaria y de ofrecer a los pacientes un espacio para sentirse libres, en control y en conexión con algo más grande que la enfermedad”, resume Carrasco.
Su iniciativa, que comenzó como una idea personal, se ha convertido en un complemento muy valorado por quienes han participado. Tanto, que ya se estudia repetir las salidas de manera periódica y abrirlas a más pacientes del hospital.
Fuente:
https://www.infobae.com/espana/2025/08/1...taba-loco/