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Versión completa: Navegar en la cornisa cantábrica
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Este verano me las auguraba muy felices con ese recorrido por el Cantábrico, pasando por Bretaña y todo iba de lujo hasta que una maldita piedra en el riñón me ha trastocado los planes a corto y medio plazo, pero toda mi vida he estado acostumbrado y presto a cambiar de planes sin contemplaciones, esta vez no iba a ser menos y si por culpa de una piedra no debo hacer largas travesías (hasta que me la extirpen) pues me limitaré a navegar proyectos más cortos, pues eso, como dice el título del post, mientras no se pueda otra cosa, me dedicaré este otoño e invierno a recorrer la cornisa cantábrica de aquí para allá.



Aprovechando este apacible final de verano, inicio estas mini singladuras con una visita-reportaje para animar el cotarro de mis vídeos, recorriendo la costa vizcaína y de paso recordar viejos tiempos cuando navegaba por la zona, comprobando como los cambios que se van produciendo poco a poco por el litoral vasco, que a decir verdad no han sido muchos, salvo un cierto crecimiento urbanístico en los municipios, aunque algunos cambios si que son reseñables, como un par de pequeñas piscifactorías entre Lekeitio y Ondárroa o el parque mareo-motriz, en pruebas, existente al norte de Armintza, registrados ambos en las nuevas actualizaciones cartográficas de Navionics, pero no en las viejas Cmap 93, cosa que en las mías ya están corregidas.



Otro de los llamativos cambios, es la tan denostada central nuclear de Lemoniz, que en los años 70 iba a ser la joya de la corona energética de una de las grandes compañías eléctricas, pero la presión popular evitó, no sin sangre y muchas lágrimas, detener una espada de Damocles a escasa distancia de un importante núcleo poblacional como son los alrededores de Bilbao.

Hoy he podido comprobar el abandono en que se encuentra todo aquel mega proyecto, que poco a poco el deterioro avanza, sin el más mínimo cuidado, quedando para la posteridad, como monumento erigido al despropósito de una época ya pasada.



Ha llamado también mi atención, al acercarme a la isla de San Juan de Gaztelugatxe, no ver la tumultuosa romería que cada verano se organiza para visitar la reciente famosa ermita, sita en su cima, por ser escenario de un pasaje en la serie televisiva de Juego de Tronos, lugar como digo, de peregrinación para los seguidores de la saga, pero a causa de la pandemia, se han visto obligados a cerrar los accesos al público y a decir verdad, he podido sobrevolar con mi dron, el espectacular paraje como lo conocí años atrás, cuando podías visitarla con algún amigo venido de fuera, en total soledad.


Y por último también ha sido sorprendente la total ausencia de los temidos aparejos de pesca a lo largo de toda la costa, ni uno solo he podido ver en los tres días de navegación, está claro que la pesca de bajura, al menos, en Euskadi está en franco retroceso, si no totalmente extinta



En esta primera etapa me he centrado en la costa vizcaina al este del Abra bilbaíno, la logística no me ha dado para hacer el pequeño tramo del oeste, tampoco es demasiado reseñable más allá de la playa de la Arena y el viejo cargadero de mineral en Ontón, lo dejaremos para cuando haga una excursión por la costa cántabra.

Como suele decirse, unas imágenes valen más que mil palabras, en unos días os mostraré el vídeo que ha generado en estos días de crucerito a las puertas de casa, de momento unas fotos para amenizar lo escrito

[Imagen: Ogo-o.png]
Los farallones de cabo Ogoño, espectaculares donde los haya

[Imagen: Bermeo.png]
La Villa de Bermeo puno de los puntos fuertes de la industria pesquera de Euskadi

[Imagen: Lemoniz.png]
Deterioro palpable de la que fuera en otros tiempos la sacrosanta central nuclear de Lemoniz


[Imagen: San-Juan.png]
 San Juan de Gaztelugatxe, uno de los iconos turísticos de la costa vasca

[Imagen: Izaro-1.png]
El Bahía de las Islas rumbo a la Isla de Izaro, la más grande de la costa vizcaína

Salud Brindis
No te vas a bajar a hivernar al sur cuando la piedra desaparezca???
Como dice el refrán....si la vida te da limones haz limonada.
Lo importante es reponerse al 100% aunque no sea de agrado, pero si durante la espera puedes disfrutar del Bahía y la costa Cantábrica tampoco está mal.
Como me gusta decir.....lo importante es estar flotando  Velero
Espero verte por aquí abajo pronto. 
Un abrazo Angel
Una piedra en el camino, me enseño que mi destino era rodar y rodarrrrr........ asi que me apunto la lección de la canción, de momento me quedo por el norte a no volver a tropezar con piedras, luego ya se verá, no quiero hacer grandes planes a corto plazo, para tomar impulso para los planes a largo plazo, ir viendo, pero eso sí, el Bahía listo a lo que se tercie
Salud Brindis
(07-09-2021, 09:32 PM)Kaia escribió: [ -> ]Una piedra en el camino, me enseño que mi destino era rodar y rodarrrrr........ asi que me apunto la lección de la canción, de momento me quedo por el norte a no volver a tropezar con piedras, luego ya se verá, no quiero hacer grandes planes a corto plazo, para tomar impulso para los planes a largo plazo, ir viendo, pero eso sí, el Bahía listo a lo que se tercie
Salud Brindis

Bienvenido al club de los nefroliticos
Pues ya está editado ese primer vídeo de la costa vasca, quizás haya que esperar un poco para el segundo con la costa guipuzcoana, lo importante es que ya estamos en forma y con ganas de nuevos proyectos, aunque sean por aquí cerca

Salud Brindis 

(10-09-2021, 11:22 AM)Kaia escribió: [ -> ]Pues ya está editado ese primer vídeo de la costa vasca, quizás haya que esperar un poco para el segundo con la costa guipuzcoana, lo importante es que ya estamos en forma y con ganas de nuevos proyectos, aunque sean por aquí cerca

Salud Brindis 



Buen vídeo.
Si me permites una puntualización, cuando hablas del ancestral conflicto de la propiedad de Izaro, te has dejado al tercero en discordia, Elantxobe
Brindis
Gracias Kaia por recordar esos paisajes que tanto hecho de menos. Mucha de esa costa me la conozco por tierra, mar de superficie y buceando
(10-09-2021, 12:47 PM)Davitxin escribió: [ -> ]Buen vídeo.
Si me permites una puntualización, cuando hablas del ancestral conflicto de la propiedad de Izaro, te has dejado al tercero en discordia, Elantxobe
Brindis

Claro que es buena toda puntualización, no tenía ni idea de que Elantxobe estaba también en la disputa, siempre pensé que los contendientes eran Mundaka y Bermeo y que la teja la lanzaban los bermeanos para autentificar su propiedad, corrígeme si no es así Nosabo 
Bier
Bueno no es tanto así. Esa isla siempre perteneció a Bermeo
El 22 de julio, creo es cuando se lanza la teja
«Horraino heltzen dira Bermeoko itoginak!» («¿Hasta allí llegan las goteras de Bermeo!»)

Elantxobe es donde se realiza la comida que invitan a los bermeanos.

La disputa parce ser una leyenda,  en la que Bermeo y Mundaka se la disputaron hace unos 400 años en una regata hasta isla, regata que ganó Bermeo. 
Aunque no se han encontrado registros de dicha regata
Como no conocía bien la leyenda de la teja, nada más que de oidas, he buscado un poco de información y aquí os dejo lo que he encontrado para quien pueda interesar sobre la historia de Izaro

La isla de Izaro es un pedazo de tierra (675 metros por 150) que emerge del Cantábrico frente a Bermeo y Mundaka. Aparte de su importancia como colonia de aves marinas (gaviotas, paíños, garcetas y cormoranes) y como parte de la reserva de la biosfera de Urdaibai, el islote no tiene mayor relevancia. Acogió durante siglos a una comunidad de frailes franciscanos, que recibía visitas de reyes, y en el XIX se arrendaron sus tierras para el pastoreo, con la curiosa estampa del pastor que navegaba una milla y media de mar con su rebaño.
Aquí podría acabar toda la historia. Pero resulta que Izaro ha protagonizado unos cuantos episodios bastante curiosos. Repasemos tres de ellos. Primero: en septiembre de 1596, el convento franciscano sufrió el ataque del pirata Drake, quien destruyó parte del edificio, mutiló algunas imágenes sagradas y obligó a bailar desnudos a los frailes. Segundo: años más tarde, la isla se vio envuelta en disputas territoriales entre Bermeo y Mundaka, que se jugaron la propiedad en una regata hasta Izaro; ganaron los bermeanos, dueños del terreno desde entonces. Tercero: para conmemorar aquella famosa regata, todos los 22 de julio se celebran las bulliciosas fiestas de las Magdalenas en Elantxobe, el tercer pueblo en discordia, que se retiró de la disputa y aceptó ejercer de árbitro. Estos tres episodios tienen algo en común: son leyendas tan populares como falsas. En ellas hay mentiras, medias verdades y puros despropósitos.

La legendaria regata nunca existió, pero su historia ha crecido como una bola de nieve en las últimas décadas. Y se la presenta como justificación para la fiesta que se organiza en Elantxobe, una fiesta que en pocos años se salió de madre hasta convertirse en una serie de juergas desastrosas con muertos y heridos, lo que obligó a tomar medidas drásticas hace un par de años. Por todo esto, Aingeru Astui, director del Museo del Pescador de Bermeo, cuenta la realidad de los hechos a quien quiera escucharla y pide que se respete el sentido de la fiesta, para tranquilidad de «los sufridos elantxobetarras, los injustamente involucrados mundaqueses y, sobre todo, los indignados e hipercabreados bermeanos».
¿Por qué se cabrean tanto los bermeanos? Porque Izaro siempre ha pertenecido a su municipio, sin ninguna duda. Cuando hace unos años algunos periodistas y algunos historiadores rastrearon la pista de aquella legendaria regata, no encontraron en los archivos ni una sola mención a ninguna disputa territorial. La primera vez que Izaro se menciona en un documento, el 27 de febrero de 1422, ya aparece ligada a Bermeo. «Es posible que antes existiera en la isla un refugio de ermitaños, bajo la advocación de Santa María Magdalena», explica Astui, «incluso pudo haber un lazareto, pero la primera mención es la del convento y consta que fue el Concejo de Bermeo el que donó los terrenos a los franciscanos».
Aquellos frailes, según relata Astui, se alimentaban de «galletas, hierbas o peces», así como de los huevos de las gaviotas que anidaban en la isla. También recibían víveres de los marinos bermeanos, a quienes orientaban haciendo señales o encendiendo fogatas; y cuando pasaban apuros, colocaban una bandera blanca en lo alto del convento y los vecinos acudían a socorrerles.

Los poderosos tenían una devoción especial por Santa María de Izaro, como reflejan las visitas de los monarcas que venían a jurar los fueros, como Enrique IV (en 1457), Fernando el Católico (1476) o su esposa Isabel (1483), que ordenó construir una escalinata de 255 peldaños (cuyos restos aún pueden verse) desde la orilla hasta la entrada de la iglesia conventual. Otros personajes de la realeza enviaron grandes limosnas o pagaron cientos de misas todos los años.
En 1596 llegó a Izaro una visita menos agradable: un ataque corsario. La tradición atribuye el asalto al temible sir Francis Drake, pero a Astui se le ocurre un pequeño inconveniente: «El ataque fue el 1 de septiembre y Drake había muerto en enero de ese mismo año. En realidad fue una flota de corsarios hugonotes (protestantes franceses) que primero intentaron asaltar Bermeo. Pero los vecinos cerraron las puertas defensivas y pidieron ayuda a los pueblos vecinos, como estaba establecido en el Señorío de Vizcaya. Llegaron cuatrocientos hombres de apoyo y entre todos expulsaron a los corsarios». Parece que en la huida los corsarios se desahogaron destruyendo el convento de Izaro. Dicen que el padre prior se escondió en una cueva con el Santísimo y los cálices, pero que los hugonotes encontraron a dos monjes y les hicieron bailar desnudos. Y en el punto donde la historia empieza a diluirse con la fábula, el relato no deja impunes a los malvados: se cuenta que uno de los barcos encalló en las rocas y que todos los tripulantes se ahogaron, excepto el grumete, que fue quien relató los hechos. «Castigo de Dios», sonríe Astui. Otra leyenda habla de un fraile que algunas noches remaba hasta la costa, para visitar a una novia (que tenía en Bermeo, Mundaka o Elantxobe, según las versiones) y que le indicaba el camino con un farol. Hasta que el padre de la chica se enteró y puso la luz en una zona rocosa para que el fraile encallara y se ahogara. Castigo humano, esta vez.

En las aguas cercanas a Izaro, el alcalde de Bermeo toma una teja y la lanza al mar: «Horraino heltzen dira Bermeoko itoginak!» («¿Hasta allí llegan las goteras de Bermeo!»). Y entonces explotan los cohetes, las músicas y los cantos en las embarcaciones que han acompañado a los miembros del Ayuntamiento a reafirmar la posesión del islote, como todos los 22 de julio, día de Santa María Magdalena, fiesta grande. Unos minutos antes, algunos concejales han colocado la bandera de Bermeo y la ikurriña en la cumbre de Izaro.
Hace unas décadas empezó a correr esa historia de que, con esta ceremonia, los bermeotarras rememoran la regata con la que ganaron a los mundakarras la posesión de la isla. Nadie ha podido documentar tal regata, pero hay quien dice que la apuesta la organizó el Señor de Vizcaya, harto por las disputas territoriales entre los dos pueblos; hay quien la sitúa en 1719 (casualmente, el año en que los franciscanos abandonaron Izaro para mudarse a Forua); hay quien cita textos de cronistas anónimos Y también se ramifican las versiones del triunfo bermeotarra. En Mundaka se contaba que las lanchas debían zarpar con el canto del gallo, pero los bermeotarras encendieron hogueras para que el gallo cantara antes y así consiguieron la ventaja suficiente para ganar.
También decían que la víspera los bermeotarras aparecieron por Mundaka para dárselas de amigos y emborrachar a los remeros contrarios. O que Bermeo venció pero que uno de sus remeros se ahogó (aquí se adivina un reproche por las excesivas ansias de los bermeotarras, tan empecinados en ganar que dejaron morir a uno de los suyos). Otra versión similar dice que llegó primero Mundaka, pero que cedió la isla a sus rivales para compensar la muerte del remero. Y todavía hay versiones que involucran a Elantxobe como tercer municipio pretendiente, que renunció a la disputa y aceptó ser árbitro (cuando Elantxobe ni siquiera fue pueblo hasta 1858; sólo era el puerto de Ibarrangelua). «La historia de la regata ni siquiera puede considerarse leyenda», dice Astui, «porque no tiene ninguna referencia histórica; es un puro despropósito. Se la inventó alguna cuadrilla de marinos, después de la guerra, y se propagó con éxito».

El rito de la posesión de Izaro es antiquísimo, se celebra al menos desde que el Concejo de Bermeo cedió la isla a los frailes en el siglo XV. Se trata de un acto de reconocimiento de los límites del municipio. En la tradición vasca, la teja es símbolo de jurisdicción, símbolo de la casa: hasta donde llega el alero, llega la protección del hogar. En algunos lugares echan tejas a los arroyos fronterizos o se hincan en los límites. En Bermeo la lanzan todos los años a las aguas de Izaro. Y, aunque tiene menos eco, los ediles bermeotarras también acuden al islote de San Juan de Gaztelugatxe el 29 de agosto, para reafirmar allí el límite occidental del municipio y pedirle un inventario de los bienes al abad del santuario. En esta otra fiesta participan los habitantes de Bakio, los vecinos del oeste. Así que estamos ante una ceremonia común a bastantes pueblos y curiosa de por sí, sin necesidad de regatas espectrales.
Mientras los frailes vivían en la isla, los bermeotarras celebraban allí la comida del 22 de julio, después del rito de la teja. En los últimos casi tres siglos la han organizado a veces en Sukarrieta y últimamente en Elantxobe, donde el alcalde y los vecinos acogen a los bermeotarras y comen con ellos. Alrededor de este banquete creció una fiesta cada vez más concurrida, que acabó desmadrándose en los últimos años, y empezó a extenderse la falsa idea de que las Magdalenas eran una fiesta de Elantxobe. «Los elantxobetarras acogen magníficamente a los de Bermeo, pero la comida sólo es una escala de la gira», explica Astui, «y si alguna vez se decidiera hacerla en otro pueblo, en Elantxobe no se celebraría nada relacionado con las Magdalenas».
Después de la sobremesa, la comitiva embarca de nuevo y regresa hacia Bermeo, aunque primero rinde visita de cortesía a Mundaka. En este último tramo empiezan las bordeadas, cuando los barcos acompañantes hacen ciabogas por la proa de la embarcación oficial, en plena marcha. Es de suponer que el banquete, el vino abundante y las vueltas y revueltas entre el oleaje dejarán un poco tocados a los bermeotarras, que además llegan a puerto entre los tañidos de las campanas, las sirenas de los barcos y los sones de la banda municipal. Pero aún tienen por delante el baile de biribilketas, arin-arin y fandangos, incluso la verbena y será difícil encontrar un bermeotarra que confiese haberse mareado en el Cantábrico.

Salud Brindis
Pues sigo haciendo camino, aunque sea de andar por casa, aunque ya tengo un nuevo proyecto para este otoño, con una propuesta que me ha puesto los dientes largos, pero vamos paso a paso, estos días lo que toca es acabar de recorrer la costa vasca y recomenzar allá donde la dejé una semana atrás en Ondárroa.
El Cantábrico sigue con ausencia de viento, para que luego digan las malas lenguas, jejeje, esto parece el Medi, un pantano para parvularios, en fin, caboteando y de puerto en puerto, Motrico, Zumaya, Orio, Donosti y hoy toca Pasajes y Hondarribi.

La parada en Donosti, de lujo, como siempre, aunque pagar 46€ por amarrar a una boya me ha parecido un atraco, con al menos la ventaja del servicio de botero las 24h, aún así me queda la satisfacción, de saber que en el viejo puerto pesquero, una vez desaparecidos los profesionales han montado una marina en la que por un módico y más ajustado precio tienes amarre con agua y luz, a tener en cuenta para la próxima vez que me acerque por el marco incomparable.

La nota negativa de la jornada fue la pérdida del dron, algo que se veía venir, porque aunque ya lo tenía bastante dominado, muchas veces rondando la catástrofe, ya que la operatividad con él navegando en solitario es algo realmente difícil y claro, cuando ya crees que lo tienes dominado, un pequeño fallo con el control y zás!!, golpecito y de rebote al agua,
Pero bueno, que todos los males sean esos, ya tenemos en gestión otro nuevo, así que seguiremos volando, esta peli que estoy editando quedará un poco coja, al menos recuperé unas buenas tomas aéreas.


[Imagen: Donosti-4.png]
Motrico siempre fue un pujante puerto pesquero, la recesión pesquera lo a reconvertido en una marina deportiva y la pesca ya es una actividad totalmente residual

[Imagen: Donosti-2.png]
La ermita de San Telmo, uno de tantos lugares puesto de moda por un escenario de película como fueron los 8 apellidos vascos

[Imagen: Donosti-3.png]
Monte Igueldo y el Urgull, nos muestran la entrada a la bahía de Donosti

[Imagen: Donosti-1.png]
El viejo puerto pesquero, hoy también reconvertido a la náutica deportiva, un lujo en el mismo centro de Donosti, con atraques vacíos para los navegantes en tránsito, como puede verse en la dársena de la izquierda
Salud Brindis
Si hubieras dicho que ibas a Donosti te lo hubiera comentado.
Cuando estuve allí, esa marina la ocupaba solo un velero de escuela
Brindis
Amoavé, amoavé. No puedes soltar esto;" aunque ya tengo un nuevo proyecto para este otoño, con una propuesta que me ha puesto los dientes largos"
y dejarnos así, sin más.  Loco Loco

Saludos.
(25-09-2021, 10:41 AM)magallanesxix escribió: [ -> ]Brindis
Amoavé, amoavé. No puedes soltar esto;" aunque ya tengo un nuevo proyecto para este otoño, con una propuesta que me ha puesto los dientes largos"
y dejarnos así, sin más.  Loco Loco

Saludos.

Pero cuenta algo hombre...que nos tienes en ascuas Cunao
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