26-03-2023, 07:48 PM
Joeeeé, al final a ver si va a ser una leyenda.
En cualquier caso el próximo día que vaya al barco, me traigo los libros para casa y hago una búsqueda, a ver si confirmo.
Saludos.
(26-03-2023, 01:45 AM)Claudio escribió: [ -> ]Tampoco hace falta ir muy lejos para enfrentarse a tifones. Es más, los tifones te vienen a buscar, quieras o no quieras. Nadie en su sano juicio sale a buscarlos.
Esto fué en Córcega, el verano pasado.
También pilló la Francia continental, Ligúria, Italia peninsular y hasta el Adriático norte. Pero Córcega se lo comió de lleno.
Esa imagen que puso Simbad que parece un accidente aéreo ocurrió en Es Caló, Formentera, verano de 2015.
Yo trabajaba en un centro de buceo ese verano, en Formentera.
Vivía a bordo, fondeado, cambiando de fondeo según la ocasión.
Anunciaron tramontana con varios días de antelación. Por trabajo yo tenía que estar cerca de La Savina, desprotegido parcialmente, así que además de fondear me amarré a un muerto que tenía controlado.
Las pasé canutas, pero el barco aguantó.
Tenía un vecino que era socorrista y también vivía fondeado. Fondeó en tándem y también aguantó.
Al día siguiente toda la comunidad de navegantes nos enteramos de la tragedia.
Se podía haber evitado, claro. Nadie en sus cabales fondea en la costa norte de Formentera, con las rocas detrás, en un barco de chárter, con un tripulante con movilidad reducida y tramontana anunciada.
En el Golfo de Patras, un tornado de esos de agua. No se muy bien cómo se llama en castellano. En catalán los llamamos 'mànega d'aigua'. Se tragó un velero un día de otoño. Partió el palo y fue tal el meneo que éste le hizo una vía de agua.
También en Grecia, ya no recuerdo el nombre de la tormenta con vientos huracanados, en el 2018.
Anunciado con días de antelación también, me fuí a fondear al medio de la bahía de Preveza (me crucé con el MissRegina).
Allí aguante dos semanas, antes, durante y después. Aproveché para hacerme una mayor nueva.
Los más incautos abarloados a los muelles.
Más de un barco destrozado para luego irse a pique.
Como decía Martín, perder el barco es la ruina. Económica para los que vivimos a bordo pero también moral.
Claro que peor es morir allí, por falta de previsión o por mala suerte. Pero aún peor es que se te muera el que va contigo.
La estanqueidad, si no es una vía de agua en la obra viva, es negociable. La ligereza (o no), el volumen, también. Pero que un barco no sea sólido es inconcebible. Sea del material y del desplazamiento que sea.
No se trata de navegar por encima de las rocas. Se trata de que te de cierto margen cuando ya no hay retorno.
De la misma manera que un barco insumergible no es habitable con el agua en la regala, pero 5 minutos más para coger víveres pueden ser vitales.
Se me olvidaba la reflexión final...cuando hablamos de ligereza puede que lo asociemos a fragilidad. Pero puede ser ligero y sólido perfectamente.
Algo parecido ocurre con los barcos de aluminio. A veces se asocian a una lata de Coca-Cola. Suele ser aluminio al 4% de magnesio, que le da unas características bien concretas a la aleación. No es acero, pero tampoco es una lata de refresco.
(26-03-2023, 07:52 PM)jiauka escribió: [ -> ]En lo Còrcega agosto 2022,,todos los barcos de acero y aluminio que habían acabaron en el fondo del mar .
(26-03-2023, 06:16 PM)Claudio escribió: [ -> ]Moitessier tuvo cuatro barcos.
El primero era un junto típico del sudeste asiático, donde nació y se crió. Se llamaba Marie Therese.
Zarpó de Indochina y naufragó en Diego García.
De Diego García marchó a Mauricio.
Allí, con ayuda de la gente local, se construyó su segundo barco con madera, el Marie Therese II.
Zarpó de Mauricio y naufragó en el Caribe.
Se quedó dormido y se comió un arrecife. Lo que él siempre denominaría como homicidio involuntario (para con el barco).
Se fué a Europa trabajando en un mercante. Al llegar creo que a Brest, o Hamburgo, ya no lo recuerdo pero era el norte de Europa, vió cómo el mercante chafaba un remolcador o el barco del práctico, de acero, y al ver cómo este último aguantó, decidió que su próximo barco sería de acero.
Así, y obviando todas sus peripecias, en Meta le construyeron el Joshua.
Su tercer barco lo perdió muchos años después, en California. Un huracán lo destrozó y arrastró lo que quedaba hasta la playa.
Eso de que el barco se salvó depende de cómo se mire. Sea como fuere ya no se vió con fuerzas para recuperarlo y lo regaló, o casi.
Sus últimos años los pasó en el Tamata, su cuarto y último barco, en el pacífico. También de acero y quilla corrida, pero de dimensiones bastante más reducidas.
Ese barco aguantó. Aún anda por ahí igual que el Joshua. El que no aguantó fué él. Ya estaba muy mayor.
A mi barco actual, como ya saben algunos, le quité todos los interiores (absolutamente todo, mientras dormía en una hamaca y hacíamos videollamadas de karaoque por la noche con Hippie, en plena pandemia) y entre mi experiencia y los interiores del Tamata como inspiración monté los interiores que tengo actualmente.
(27-03-2023, 10:49 AM)caribdis escribió: [ -> ]Voy a hacerle caso a Hopetos y ponerme en el lado contrario.
Hay casos en los que el peso, al menos, es menos importante que la eslora. Este barco ha demostrado sobradamente su fiabilidad en aguas polares:
https://www.yachtingworld.com/voyages/sa...tch-124210
(27-03-2023, 11:32 AM)magallanesxix escribió: [ -> ]
¿Cuanto podrán pesar 120 pies de ferrocemento?
Saludos.
(25-03-2023, 10:59 PM)Claudio escribió: [ -> ]Por ejemplo en mi caso, tratándose de veleros, un barco seguro debe reunir cuatro requisitos: sólido, estanco, ligero y con un buen volumen interior (flotabilidad).
Sólido: me angustiaba ver cómo se separaban los mamparos del casco. Como había que apretar los pernos de la orza después de un golpe (y a veces arreglar grietas en la unión orza/casco). Las cornamusas en construcción sándwich, todo podrido, con dos tornillos. Cuando pillaba castaña en el medio del mar, aparte de la que me estaba cayendo, no me sentía cómodo con un barco así. Modificar el acastillage de origen era todo un compromiso estructural.
El barco era de fibra/resina. Me pasé al aluminio. Todo soldado. Más sólido imposible. Con mi segundo barco me comí una roca en el archipiélago de La Madalena y del hostión se me cayó la antena VHF. Otra vez embarranqué en una playa: lo saqué a empujones mientras otra persona le daba gas a tope y a seguir en ruta. Ni un crujido. Más allá de los mitos náuticos y terrestres, mantenimiento cero. Basta con controlar los ánodos, tener desconectores de baterías e interruptores bipolares. He tenido dos aluminios. Estoy convencido.
Estanco: soy de los que consideran la bañera un lugar de trabajo. No me verás fondeado ni en puerto haciendo vida en la bañera. Para eso tengo un interior cómodo. Tampoco me gustan las capotas, prefiero un traje seco. Total, que el interior del barco es mi útero materno. Descanso, cocino, duermo, leo, planifico y sigo la ruta. Lo último que necesito es que me entre agua.
Ligero: un barco ligero me parece fundamental para navegar solo. Para llevar un modesto motor, si es que lo llevas. Para que responda bien tanto con ventolinas como con viento duro, todo es cuestión de superficie vélica (y formas, y gramajes) que tendrás que manipular tú, esté como esté el asunto. Anclas que no necesitan de 2000 watios de molinete ni cables ni baterías. Maniobrable, como si quieres remar con la pala del timón.
Volumen: el volumen me parece muy importante. Yo pasé de un 8 metros con 17 m3 a un 10 metros con 32 m3. Casi el doble.
El barco va fuera del agua, alegre. No como esos que los sacas a varadero y ves que la obra viva es medio barco.
Un barco con volumen escora sin perder prestaciones ni poner en peligro la estabilidad. La mar gruesa te empuja, te desplaza y te menea y el barco está en su salsa. Cuando un barco es cómodo con travesías de 25-30 nudos constantes y navegas cómodo, duermes, cocinas, vas sosegado...es que es un buen barco.
Igual que antes, es como yo lo veo. Para mi un barco seguro es sólido, estanco, ligero y buen volumen. 4 criterios que si no trabajan en conjunto, mi barco deja de ser seguro.
Ídem, si no tienes claro lo que para ti es un barco seguro, experimenta, contempla, reflexiona y saca conclusiones.
Yo me formé mi criterio por el camino. Si es que aún no está en formación. Pero nadie nace sabiendo. Es más, cuando aprendes a vivir ya te tienes que ir despidiendo.
Y... como decía Lao Tse: que cada ganancia está compensada con una pérdida: ¿Qué inconvenientes podría tener un "displacement length ratio" más bajo? ¿Más meneos y menos comodidad?
La comodidad, más de lo mismo.
Que es la comodidad? Cada uno tendrá su punto de vista, siendo todos válidos, si son fruto de la reflexión a conciencia, honesta.
Te animo a que nos cuentes algo, aunque sea una sensación, de tu Golif.
(27-03-2023, 05:22 PM)Claudio escribió: [ -> ]Hablo de volumen interior como unos de mis cuatro requisitos a la hora de adquirir un barco.
Ese volumen interior estará condicionado por la eslora, claro, pero para mí lo relevante no es la eslora per se.
Vendí un Sirocco 31 de 9,25 metros de eslora para comprarme un Flot 18 de 8 metros.
Con 4 pies menos de eslora tenía el mismo volumen útil. Es decir, el interior del Flot 18 estaba mucho mejor aprovechado gracias a su diseño.
Ya sabes, proa con más o menos volumen, popa más o menos estrecha, puntal razonable o tipo canoa, manga máxima con más o menos continuidad...
En mi caso el volumen tiene mayor trascendencia que la eslora.
La seguridad que me aporta un metro más de eslora me resulta insignificante. La velocidad también. Pero el volumen me vale para comodidad en el día a día, estiba y flotabilidad. No es lo mismo ir en un "corcho" con un francobordo de 40 cm que con uno de 150 cm.
Además está el tema económico. Si por tener el mismo o más volumen puedo pagar menos de amarre, mejor.
Lo explico con dos imágenes de barcos con la misma eslora:
Mi ex Flot 18
Un J80 como el que llevaba el señor que conocí en Grecia, de crucero