Los del otro lado son unos santos
No deja de sorprenderme la ingenuidad del ser humano.
A una la han pillado con un gesto en medio de un vídeo, de esas se podrían poner miles de otros, pero hay quien nos ha llamado a otros - y por escrito - bestias taradas con fallos en el ADN y a nadie de los de su bando les parece eso súpremacista.
En general la política desencadena en manía persevutoria mezclada con sadismo, los políticos llegan a su máximo grado de incompetencia. - tal como describe Peter el sociólogo - conforme ascienden en el escalafón empiezan a patinar, se sienten débiles y por eso se rodean de sumisos lacayos .
Ninguno quiere rodearse de gente mejor que ellos - os puedo contar muchas anécdotas ciertas- en donde se verifica esta regla universal.
En el caso de la cadena de sucesores, Pujol, Más, Puigdemont y Torra, designados todos por sus antecesores, se ve como va decreciendo el nivel intelectual, porque cada uno tiene que ser peor que el anterior. El caso de Torra es paradigmático, ni siquiera le dejan usar su despacho y cada cierto tiempo tiene que visitar a su amo para que le dé instrucciones: patético.
Lo que busca el lider siempre en su sucesor es alguien que pueda controlar porque es de inferior nivel y sobre todo que sea leal a él, no a los valores del proyecto.
La política es un estupendo proceso de selección de psicopatías