Lo que se es que, cuando la confusa legislación de una directiva européa casi hizo desaparecer los fuerabordas pequeños de 2 tiempos, los Tohatsus de 8 y 9 y pico (y también mas peques) iban buscados casi con desesperación...
Pero (spoiler: batallita)...
Una vez en Cabrera, fondeado en una de las boyas del medio, mi hermana y mi cuñado fueron hacia tierra con uno. Vi que a la ida mi cuñad iba de pie dándole al tohatsu que llevaba el barco alquilado 1 y mil veces, en calma chicha el bote avanzaba por las vueltas que daba la hélice al tirar del cabo de arranque. Pensé "ya se cansará" y no, no se hartó (menudo es el!), llegó así a tierra...
A la vuelta se había levantado algo de viento. Mi mujer y yo estábamos echando la siesta... Por lo visto el problema seguía igual pero como el viento soplaba hacia el barco, sacaron los remos e intentaron agarrarse a el. Fallaron por un pelito.
Nos despertó un motor diesel que se acercaba: otro velero que abandonaba el fondeadero en aquel momento los vió impotentes contra el acantilado del lado contrario de la bahía y les echó un cable (bueno, un cabo).
No son novatos, pero eso confirmó que, en el charter no te puedes fiar de aquello que no sea fácilmente revisable por la compañía o que pueda no haberles sido reportado, que remar con una inflable y viento puede dar lugar a un accidente pues es probable que se te lleve sin poder hacer casi nada y que, cuando puede ponerte en un problema, hasta un Tohatsu es capaz de no arrancar.