Me había encontrado en Langkawi, Malasia, a los hijos de Santiago y Mayi, del velero
Jotake, que llevaban 17 años alrededor del mundo, ya eran unos chavalotes con muuucha vida detrás, y querían volver a Euskadi para asentarse y "tener novia"...
A mi me sorprendió mucho, la vida que tuvieron era tremendamente rica..y se querían encerrar en esto que muchos queremos dejar y que no resulta nada fácil hacerlo...
Pero los bichos humanos somos así, anhelamos lo que no tenemos..
En el caso de Judith y Marc, no los conozco de nada, pero me parece extraño que atribuyan su vuelta al deseo de un niño, los niños quieren muchas cosas pero no tienen los elementos suficientes para saber si lo que quieren es en realidad bueno para ellos o no, y ahí deben estar los padres para complementar la visión del niño..
Ya han vendido el barco y ya han vuelto..que les vaya bien en su nueva vida y que procuren no calar las anclas demasiado profundas porque seguro que van a querer volver a vivir el tipo de vida que han vivido durante ocho años y para ello conviene poder levar anclas con rapidez, sin que se enroquen ni traigan arrastrando redes, cabos o basura submarina..
Por ellos!!