Encontrado por las redes sociales:
Pedro Prieto:
"Debo un fogonazo de iluminación a un simple tuit de un desconocido que firma como ‘Indi el silencioso’ cuando dijo:
“Queremos salvar al mundo y limpiarnos el culo con toallitas húmedas y las dos cosas no pueden ser”.
Y me puse desordenadamente a emular algunas cosas que me brotaron de forma espontánea, en conexión con este tan escatológico como oportuno tuit:
- Queremos salvar al mundo y seguir montados en un coche eléctrico que tiene unos 330 kilos de plásticos para pesar menos y está casi todo hecho de petróleo, desde los neumáticos a los asientos, el volante, los faros, buena parte de la carrocería, la pintura y demás y ambas cosas no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir circulando por los 200.000 km. de carreteras asfaltadas hechas con derivados del petróleo y ambas cosas no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir recibiendo 82 millones de turistas cada año en España, el 80% de ellos llegados en avión, y ambas cosas no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir produciendo aviones y alojándolos en aeropuertos a razón de 200.000 vuelos diarios en el planeta, hasta 19.000 vuelos simultáneamente en el aire y mil doscientos despegues y aterrizajes diarios sólo en Barajas, y ambas cosas no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir produciendo cemento con derivados del petróleo y del carbón para hacer más y más edificios y con más hierro y acero que necesitan también carbón para producirse y ambas cosas a la vez no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir creciendo un 3% anual del PIB y ambas cosas no son posibles.
- Queremos salvar al mundo y seguir teniendo tractores, cosechadoras, remolques y camiones para llevar lo producido a cientos (o miles) de kilómetros de distancia y ambas cosas son contradictorias.
- Queremos salvar al mundo sin tocar la bolsa de valores, que vive de especular sin hacer nada necesario, y eso es una contradicción en los términos.
- Queremos salvar al mundo y seguir con supermercados y grandes superficies llenas de cosas envueltas en plástico o en botes de aluminio de un solo uso y eso es imposible de todo punto.
- Queremos salvar el mundo e ir a una tienda comercial gigante de objetos para hacer deporte (¡pobres griegos, participando desnudos en las Olimpiadas!) a comprar bastones para andar por la calle que no son necesarios y canoas gigantes de plástico con remos de plástico y rodilleras y casco y gafas de plástico, en un país que ya no tiene casi ni ríos, y eso es contradictorio.
- Queremos salvar el mundo y pensamos que la mejor forma de hacerlo es enviar a nuestras tropas en aviones, con helicópteros, carros de combate, blindados y barcos de guerra de todo tipo a pegar tiros a países ajenos con montañas remotas y en desiertos lejanos y eso estropea más el mundo, no lo salva.
- Queremos salvar al mundo teniendo solo un hijo, pero eso sí, con pañales desechables y zapatitos y vestiditos y potitos por doquier durante dos años y con juguetes que no le quepan en la habitación y que tenga un futuro más consumista que el de sus papás. Y por desgracia eso no es posible.
- Queremos salvar al mundo, pero con el 5G, la robótica, el Internet de las Cosas (¡qué cosas!) y la alta tecnología, que llevan siempre aparejadas un consumo desaforado para bajarse a toda prisa las bajas pasiones y los peores instintos, y así no hay forma.
- Queremos salvar al mundo a través de la cultura y luego el 90% de la cuota de pantalla en nuestros cines y televisiones son series y películas de Hollywood, que promueven estilos de vida más tóxicos que todos los plásticos del planeta y eso no hay por dónde cogerlo.
- Queremos salvar al mundo y luego aceptamos que la mitad del tiempo que ves una pantalla o miras por la calle sólo veas anuncios y publicidad consumista; y sin declarar la publicidad como delito punible, va a resultar que no es posible.
Podría haber seguido mucho más, pero para qué. Decía la tristemente desaparecida Petra Kelly, ecologista alemana de los años ochenta del siglo pasado, que “todos quieren volver a la Naturaleza, pero ninguno quiere hacerlo a pie”. A lo más que estamos llegando es a ir en patinete eléctrico a las manifestaciones para decir lo obvio: que sigue sin haber un planeta B."