02-10-2018, 09:37 AM
La situación medioambiental mundial es claramente preocupante. Nosotros ya hemos conocido un planeta mucho más deteriorado que el que conocieron nuestros padres, y lo que le estamos dejando a nuestros hijos ya es francamente preocupante.
Entre un arrecife de coral completamente natural y vivo y esos restos marrones que los turistas visitan en múltiples lugares del mundo hay un auténtico abismo, y esto ha pasado en menos de una generación.
Un sistema económico voraz y cortoplacista ha conseguido que nuestra huella ecológica pasara de ser un planeta en 1970 a ser de un planeta y medio en la actualidad, menos de cincuenta años después..
El compromiso de las empresas y los gobiernos en revertir esta situación está siendo vergonzosamente bajo, y una expresión que podría ser adecuada ahora mismo es que nos estamos fumando el planeta, que no tiene capacidad para absorber todos los resíduos y contaminación que generamos, ni el CO2 emitido y que nos estamos enfrentando a vivir en un planeta deteriorado, sucio, con recursos cada vez más escasos, con una meteórica desaparición de biodiversidad y en la que muy probablemente la propia especie humana va a ver comprometida su supervivencia...¿como podemos ser tan inconscientes...????
La reciente dimisión del ministro de Transición Ecológica y Solidaria francés pone de relieve cual es la actitud en las altas esferas, que son las directamente responsables de no dar un golpe de timón y enfrentar con seriedad los problemas medioambientales que se llevan viendo con claridad desde al menos los años sesenta.
El dilema Hulot y la trampa del crecimiento
En su renuncia al puesto, Hulot ha cargado contra la influencia perversa de los lobbies empresariales en la democracia, la política de pequeños pasos ambientales absolutamente insuficiente ante la magnitud del abismo socioecológico que hemos de saltar o la soledad de su acción de gobierno. Pero lo más interesante, que suele ser poco habitual en un cargo de su perfil, es que ha puesto el acento del problema en el modelo económico liberal. Podemos afirmar, a riesgo de simplificar, que Hulot ha dimitido tras chocar con dos realidades tenaces, que en algunos círculos nos suenan muy obvias, pero que en el debate público apenas tienen presencia: la primera obviedad es que sin reducir el tamaño de la economía no se reducirá nuestro impacto desastroso sobre la biosfera, sea éste medido en emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación química o pérdida de biodiversidad; la segunda obviedad es que la telaraña de intereses creados pesa hoy mucho más que la voluntad de cambio cualquier ministro-estrella.
Por otro lado, la máquina económica es un monstruo tal, dominado por la especulación, y se halla ya tan alejado de la irrelevante economía real, que es capaz de camuflarse, comprar voluntades, opiniones y discursos dificultando que realmente sea posible crear una alternativa totalmente nueva desde abajo (al menos en el plazo de tiempo que resta antes de llegar a una situación ambiental irreversible) o ya no digamos autorregenerarse e incluír entre sus objetivos la conservación del planeta y la visión a medio y largo plazo...
Difíciles cuestiones, y yo desde luego no estoy por la labor de autofustigarme por vivir un tipo de vida que yo no he diseñado, tampoco eso es motivo como para decir que ya todo da igual, pero si tu trabajo o tu vida te obliga a moverte y no te ofrece la posibilidad de un transporte público limpio, por ejemplo, no creo que tenga sentido flagelarte por tener que usar un vehículo privado..
Creo que una discusión en profundidad de todo tipo de cuestiones medioambientales merecería un subforo dentro de General, llamándole Medio Ambiente o algo similar, creo que la importancia radical de este tema, tan directamente relacionado con nuestro futuro, lo merecería.
Entre un arrecife de coral completamente natural y vivo y esos restos marrones que los turistas visitan en múltiples lugares del mundo hay un auténtico abismo, y esto ha pasado en menos de una generación.
Un sistema económico voraz y cortoplacista ha conseguido que nuestra huella ecológica pasara de ser un planeta en 1970 a ser de un planeta y medio en la actualidad, menos de cincuenta años después..
El compromiso de las empresas y los gobiernos en revertir esta situación está siendo vergonzosamente bajo, y una expresión que podría ser adecuada ahora mismo es que nos estamos fumando el planeta, que no tiene capacidad para absorber todos los resíduos y contaminación que generamos, ni el CO2 emitido y que nos estamos enfrentando a vivir en un planeta deteriorado, sucio, con recursos cada vez más escasos, con una meteórica desaparición de biodiversidad y en la que muy probablemente la propia especie humana va a ver comprometida su supervivencia...¿como podemos ser tan inconscientes...????
La reciente dimisión del ministro de Transición Ecológica y Solidaria francés pone de relieve cual es la actitud en las altas esferas, que son las directamente responsables de no dar un golpe de timón y enfrentar con seriedad los problemas medioambientales que se llevan viendo con claridad desde al menos los años sesenta.
El dilema Hulot y la trampa del crecimiento
En su renuncia al puesto, Hulot ha cargado contra la influencia perversa de los lobbies empresariales en la democracia, la política de pequeños pasos ambientales absolutamente insuficiente ante la magnitud del abismo socioecológico que hemos de saltar o la soledad de su acción de gobierno. Pero lo más interesante, que suele ser poco habitual en un cargo de su perfil, es que ha puesto el acento del problema en el modelo económico liberal. Podemos afirmar, a riesgo de simplificar, que Hulot ha dimitido tras chocar con dos realidades tenaces, que en algunos círculos nos suenan muy obvias, pero que en el debate público apenas tienen presencia: la primera obviedad es que sin reducir el tamaño de la economía no se reducirá nuestro impacto desastroso sobre la biosfera, sea éste medido en emisiones de gases de efecto invernadero, contaminación química o pérdida de biodiversidad; la segunda obviedad es que la telaraña de intereses creados pesa hoy mucho más que la voluntad de cambio cualquier ministro-estrella.
Por otro lado, la máquina económica es un monstruo tal, dominado por la especulación, y se halla ya tan alejado de la irrelevante economía real, que es capaz de camuflarse, comprar voluntades, opiniones y discursos dificultando que realmente sea posible crear una alternativa totalmente nueva desde abajo (al menos en el plazo de tiempo que resta antes de llegar a una situación ambiental irreversible) o ya no digamos autorregenerarse e incluír entre sus objetivos la conservación del planeta y la visión a medio y largo plazo...
Difíciles cuestiones, y yo desde luego no estoy por la labor de autofustigarme por vivir un tipo de vida que yo no he diseñado, tampoco eso es motivo como para decir que ya todo da igual, pero si tu trabajo o tu vida te obliga a moverte y no te ofrece la posibilidad de un transporte público limpio, por ejemplo, no creo que tenga sentido flagelarte por tener que usar un vehículo privado..
Creo que una discusión en profundidad de todo tipo de cuestiones medioambientales merecería un subforo dentro de General, llamándole Medio Ambiente o algo similar, creo que la importancia radical de este tema, tan directamente relacionado con nuestro futuro, lo merecería.