Es una impresión mía o vosotros también notáis que las marinas se están convirtiendo en sitios ruidosos y faltos de paz. Las marinas de Valencia son ahora unos centros de ruido y música insoportables. Cuando pienso que, principalmente deberían ser instalaciones para amarrar los barcos y tener un poco de sosiego. Los restaurantes y chiringuitos le dan vida a la marina, naturalmente, pero ¿es necesario esos volúmenes de música? Y encima el ruido se contagia, como la peste. Ya es imposible encontrar paz en ningún lugar del mundo, ya sea España, Grecia o Pernambuco. Espero que no abran ningún disco bar en la Antártida. En fin que hoy estoy un poco rabiosa con el ruido. Si queréis leer mis experiencias y comentar las vuestras:
Terror al silencio
Terror al silencio