Trás la escapada de una semana que me hice al Concilio Youtuber de Castellón, donde pusimos cara a muchos seguidores y seguidoras, contestando a sus preguntas, mostrarnos su apoyo y departir con otros youtubers, compartiendo algunos truquillos para dar más vistosidad a nuestros canales, todo fue muy intenso pero mereció la pena el esfuerzo de desplazarme desde las islas Canarias.
De vuelta a mi puerto base en Lanzarote me faltó tiempo para soltar amarras y lanzarme a navegar ésta vez en solitario, embeberme sobre todo de mar y disfrutar de algunos fondeos generalmente conocidos.
Tenía la idea preconcebida de circunnavegar Lanzarote con paso obligado por la isla de la Graciosa, en cuyo fondeadero de bahía Francesa encontré muy pocos barcos, comparado con los de hace unas semanas y es que la temporada del cruce del Atlántico ya está en pleno apogeo y la salida de la ARC marca el pistoletazo de salida.
La bajada por la costa del oeste o la de barlovento de Lanzarote era la primera vez que la realizaba, siempre es más expuesta y la mar más encabritada, pero con viento constante lo que me permite una navegación a orejas de burro rápida, con trasluchada final en el cabo de Pechiguera para entrar en la bahía de Playa Blanca y fondear en Rubicón, donde permanecí un par de días con viento más fuerte de lo habitual para hacer la bajada hasta Las Palmas de Gran Canaria, 95 millas que el Bahía se comió en 14 horas, a pesar del poco viento de las primeras horas, también navegando a orejas de burro amurado a estribor, llegando al abigarrado puerto comercial de la ciudad de la Luz ya de noche y fondeando en la playa de Las Alcarabaneras, sin problemas de espacio, una vez que el día anterior, el día 20 de noviembre, se dio la salida a la regata-rally de la ARC.
En esta playa dentro de la dársena portuaria de un tiempo a esta parte, por fondear, hay que registrar el barco y pagar un módico precio de un par de euros con lo que puedes utilizar los servicios de la marina. Por la mañana ya te viene un marinero para invitarte a pasar más tarde por las oficinas, cosa que hice y después de esperar la correspondiente cola, el administrativo de turno me dice que para tan corta estancia como que no he pasado por allí, borra del ordenador el registro que han hecho el ompañero de la mañana y me invita a marchar tranquilamente, le doy las gracias y al día siguiente temprano, pongo proa a Fuerteventura.
La travesía de 56 millas con el viento de 15kt por el través y ola de metro y medio, una cabalgada rápida con un rizo en la mayor. Al acercarme a la isla tomo el segundo rizo, porque por la experiencia del paso por aquí, hace unos años, hay que enfrentarse a los temidos Moskitos, que no es otra cosa que vientos catabáticos que bajan por la sierra de Jandía acelerándose tanto como el doble del viento que traes en la travesía, aunque eso sí, ya sin la mar de fondo atlántica, pero esta vez los Moskitos estaban tranquilos y en ningún momento superaron los 20kt.
Paso la noche fondeado en la playa de Morro Jable, junto a unos cuantos veleros más, para al día siguiente remontar la costa este de Fuerteventura hasta Gran Tarajal, una típica población isleña con buenos servicios y marina barata. Ya solo me queda el tramo hasta la isla de Lobos de 36 millas. Por la mañana viento animoso de proa que salvo las primeras millas, que hago a motor para superar el cabo de La Entallada, el resto de la travesía una ceñida con mar rizada y viento de 10 kt que hace las delicias de la navegación, aunque ya por la tarde el viento va escaseando y la corredera a duras penas supera los 3 nudos, pero me niego a poner el motor y timoneo aprovechando cada role para que el Bahía no pierda la arrancada de la brisa que apenas supera los 4kt. Finalmente arribo a isla de Lobos a media tarde justo cuando los últimos catamaranes turísticos abandonan la isla con sus ruidosos turístas.
Ultima etapa hasta puerto Calero, doce millas en la que a pesar de que tenía previsión de viento he tenido que tirar de motor, es lo que tiene el sur de Lanzarote, donde se crea habitualmente un pozo sin viento y sé que unas millas más al norte lo noto por la ola corta que me llega, para corraborarlo llamo a un amigo que está en la marina Lanzarote de Arrecife, a 15 millas de donde me encuentro y me confirma que allí tienen algo más de 15kt.
Sin más a medio día arribo a mi amarre de puerto Calero después de semana y media de navegar porque me lo pide el cuerpo y como un amigo vecino de amarre ha seguido a diario mi periplo, me invita a comer un arrocito en su barco, cosa que agradezco.
Ahora unos días parado y esperar la llegada de mi buen amigo Oscar para disfrutar de unas cortas vacaciones antes de irnos a Bilbao a pasar las Navidades.
Salú
Los Fariones guardan el paso del Río, estrecho entre la Graciosa y Lanzarote, espectacular al atardecer
Un placer timoneando al Bahía de las Islas en la costa de barlovento lanzaroteña
La bajada entre Fuerteventura y Las Palmas auténtica navegación atlántica
Navegar hacia el sur de Fuerteventura desde Las Palmas una travesía habitual de través
El fondeadero de la playa de Morro Jable al sur de Fuerteventura, un lujo para quienes evitamos las marinas
La remontada por la costa de sotavento de Fuerteventura una agradable ceñida sin olas