CAPITULO 2: -del 2008 al 2014, aprendiendo a navegar con el Sirocco y con el CAPH.
No sé si lo he dicho ya, pero poner a son de mar el Almoraic no fue cosa de dos días...cuando lo compramos, estando yo por ahí haciendo sondeos en Geotecnia, mi padre me dijo:
-nene, el barco lo hemos sacado del agua y tiene osmosis
-ah, vale...y eso que es, es grave?- le dije yo, que no tenía ni idea.
-nahh, lo saneamos y lo dejamos secar un tiempo, lo enfibramos de nuevo y al agua...
-pues nada, este finde empezamos, papaico, prepara las herramientas!
Y lo dije tan pancho, sin saber que nos esperaban muuchas hora de lija, limpieza, más lijas, fibra y más lija, masilla y más lija, imprimaciones y más lija, pinturas y más lija...total, unos 8 meses entre trabajos y secado, solo para el casco...pero eso fue suficiente en ese momento y era hora de probarlo. Lo que más me sorprendió al principio fué lo escaso de motor que iba. Un 9cv de un solo cilindro lo único que servía era para salir y entrar del atraque, con un poco de viento de proa no alcanzaba ni los 2 nudos. Pero siempre recordaré la primera vez que, con levante fresco, desenrrollamos el génova y aquello escoró y nos pusimos a ceñir como locos...fue increíble! Hicimos la travesía Garrucha-Aguilas, unas 18millas dando bordos. Cuando amarramos nos sentiamos como si hubieramos cruzado el Atlántico!
Los siguientes meses fueron dedicación total al barco: navegar por la zona entre bricos: lijar y pintar cubierta, mayor nueva, instalación de molinete para el ancla y mil cosas más! Un día mi padre, que siempre está maquinando que cambiar y modificar en sus barcos, me vino a enseñar un Volvo de tres cilindros y 29cv que estaba montado en un pequeño pesquero y que vendían muuuy barato, eje y hélice incluida. Dicho y hecho: con la botavara sacamos el viejo y cansado motor y metimos el "nuevo", en Varadero, eso sí, porque había que cambiar eje y hélice. Hélice que era demasiado grande y tocaba en el casco. Pero eso a mi viejo no le importó en absoluto, y a base de radial con discos de desbaste y lijas (siempre lijas!) reformamos las palas. Tras la botadura las pruebas de navegación a motor dejaron a mi padre más que satisfecho: a 1800rpm hacíamos 6 nudos, a 2200,7 nudos, y a 2500 metía tanto la popa en el agua que se nos inundaba la bañera por los imbornales...
Podríamos remontar hasta un fuerza10 con aquello.
Yo por aquel entonces ya estaba hartandome de mi trabajo en tierra, y mi cabeza ya estaba siempre en la mar, así que se nos ocurrió que podría pasear gente en verano por las maravillosas aguas del Cabo de Gata, a tan solo 12 millas de nuestro puerto base.
Tras el primer verano la cosa funcionó, pero decidimos meterle una rueda al gobierno, porque la caña que montaba el sirocco, para manejar semejante pala, era muuuy larga y no dejaba espacio en la bañera para los clientes. ¿creéis que fuimos a buscar presupuesto o piezas a Goiot? claro que no, un amigo tornero nos fabricó una rueda, nosotros hicimos en fibra una bitácora, y con una bomba hidráulica y un pistón de segunda mano, ya teníamos rueda. Pero faltaba el piloto...y claro, nuevo valía más que el barco, así que como teníamos el de caña que ya no nos servía, nos dio por abrirlo a ver cómo funcionaba eso....ostras! pero si esto es más sencillo que un botijo!
¿y si aprovechamos la parte electrónica y transformamos la parte mecánica? Un motor de elevalunas eléctrico, un piñón y un plato de bicicleta y una cadena después, y ya teníamos piloto.
Pasaron un par de veranos más, durante los cuales me instalaba a bordo del barco en el puerto de Carboneras (amarrado a pesqueros o la lancha de medio ambiente o donde me dejaban) para poder hacer las salidas desde allí, que pillaba mucho más cerca del parque natural que Garrucha.
Navegué y fondee en todos los rincones, pasé mucho calor y me comí varias ponientadas y algún levante (una vez tardé casi 8 horas en hacer las 12 millas que me separaban de Garrucha, dando bordos contra un levante de 25-30 nudos), casi siempre solo.
También tuve momentos de pánico graciosos, como una vez que llevaba una pareja y pernoctaban en el barco por una noche: los llevé a la Cala de San Pedro, los dejé fondeados y me fui a la playa a dormir para dejarlos en intimidad...me acosté en la orilla con el dingy a mi lado, y a eso de las tres de la mañana me despertaron las olas mojándome los pies. El dingy no estaba y había mar de fondo de poniente que no sabía de donde coño había salido. Pero allí estaba el Almoraic, con dos tortolitos a bordo, dando saltos... y yo en la playa! estuve hasta el amanecer buscando el dichoso dingy, hasta que di con él...estaba entre las rocas intacto! Llegué al barco y la pareja ni se había enterado de nada....noche de amor!
Por esa época, fuera de temporada, me liaba con cualquier navegada que se me cruzara, trasladando veleros de cualquier eslora. Pero con el que más navegue fue con un SO409, llamado CAPH (una de las estrellas de Cassiopeia), de un armador que confiaba en mi, por ser amigo de mi padre y por conocerme. Este barco, en invierno, se dedicaba a dar clases de vela y navegación en una escuela Náutica, y allí estaba yo, de ayudante al principio y de monitor al poco. En verano había que trasladarlo a Ibiza, donde se alquilaba sin patrón, así que, de nuevo, allí estaba yo para hacerme las 180millas que hay entre Águilas e Ibiza, casi siempre en solitario y sin parar. Ida en primavera, vuelta en Otoño. Un par de años ida y vuelta en semana santa también.
Ni que decir que las primeras veces me preparaba como si fuera a cruzar Hornos. Después ya con el bañador me bastaba.
Muchas cosas me pasaron con ese barco, ninguna mala. Pero algún apuro si pasé: una vez casi abordé una tubería de goma de más de un metro de diámetro y 50m de largo cuando navegaba a vela, muy rápido, justo frente a Cartagena. Al principio pensé que era un grupo de ballenas dejando ver sus lomos!; otra vez, en pleno canal entre la península e Ibiza, y con un sur bien fresco, el piloto dejo de funcionar. Aunque lo encendía y loapagaba del cuadro no funcionaba. Solo como iba no podía ni mear sin soltar la rueda, ciñendo a rabiar y calado hasta los huesos. Acuartelé el foque y me puse a la capa para descansar y, tras comer algo y tomarme un café, se me ocurrió desconectar las baterías totalmente y volver a conectarlas. Y voilà! el piloto se puso a currar como si nada! Ese día el viento me llevo al fondeadero al norte del peñón de Ifach, donde llegué a las 23h y dormí a pierna suelta hasta las 6, el sur había amainado totalmente y hasta Cabo de Palos fui a motor. El piloto nunca más dió fallos...misterios de la electrónica!
Y entonces llegó el verano de 2014. Estando en pleno Agosto, a bordo de nuevo en mi querido Almoraic, y mientras llevaba clientes, recibí una noticia que cambió de nuevo mi vida....pero eso es otra historia, la siguiente.
Salúd y buenos vientos!