03-11-2018, 10:51 AM
Si yo fuera "la autoridad galáctica", ni borracho permitiría que fueras a este hermoso planeta virgen que mencionas.
¿para qué? ¿para acabar dejándolo como La Tierra?
El problema está dentro nuestro. Hasta los que estamos muy conscienciados seguimos con un montón de actividades cotidianas nocivas.
Pero es que, además, el problema son los números.
De joven viajé en plan mochila e improvisación por muchos lugares recónditos, idílicos y salvajes.
Me consideraba un "viajero", con curiosidad e intención de estudio, comprensión y respeto.
Casi 40 años después, hordas de turistas han transformado y destruido muchos de esos lugares. Y ahora me doy cuenta de que yo soy el primer culpable por haber abierto camino.
Cuando, a ejemplo de Moitessier, mucha gente empezó a hacerse sus propios barcos y consiguió "partir", fueron bienvenidos (como pioneros que eran) en casi todas partes. Se notaba que eran unos vagabundos del mar y, hasta en los lugares mas humildes, no eran percibidos como "ricachones europeos", sino como "colegas del mar" e, incluso, como expertos en lo que en muchos pueblecitos de pescadores, había sido su oficio inmemorial.
Cuando empezaron a multiplicarse el número de veleros occidentales fondeados, muchos de los cuales gastaban dinero (tal vez de forma ahorrativa, según nosotros, pero a espuertas según ellos) cambió la visión.
Ahora somos un recurso a explotar, como era la pesca, o a depredar, como es la pesca.
El número, la masa, elimina todo lo romántico. Pero es que, TIENEN DERECHO, de hecho llevamos toda la vida haciendo de publicistas de la mar, de los viajes exóticos, de deportes arriesgados... todo ello, de actividades que, precisamente, intuitivamente, nos sedujeron en su momento por que permitían diferenciarnos de la masa...
… A un turista se le ocurrió (seguramente para epatar a sus amigos o para llevarse a una conocida al huerto) saltar de un balcón del hotel hasta la piscina... Ahora, después de docenas de muertos, ya no se construyen complejos hoteleros cerca de las piscinas.
… La tendencia imitada rápidamente de hacerse autoretratos hizo que los fabricantes de cámaras y teléfonos facilitaran la actividad. Poquísimos años después de iniciada la moda, miles de muertos y heridos. No hablemos de la GoPro...
Cualquier actividad humana "original", "en solitario", "con determinado riesgo", "meritoria", "con necesario conocimientos técnicos"... en la era de la comunicación y de las crisis personales, cualquier cosa poco frecuente que hagamos será imitada por todo el mundo por montones de entusiastas y por montones de descerebrados.
En un planeta superpoblado ¿qué podemos hacer para salir del conjunto gris, sabiendo que será imitado inmediatamente por decenas de miles de personas?
¡Ah, ya! Imitar algo que veamos en YouTube y que mole, y ser parte de los millones de imitadores...
Si vemos en un reportaje construir una canoa con un tronco... ¡todos al bosque y deforestemos e país!, ¡ningún garaje sin canoa de tronco colgada!
Si nos dicen que una Viagra hecha con colmillo de elefante hace que , además, nos vean guapos, ¡Hala, todos al Serengueti con sierras mecánicas, como Freddy!
Quieren hacer numerus-clausus en ciudades como Florencia...
E irá a peor. Gracias a la superación de la pobreza todos los que no funcionaban así, acabarán haciéndolo.
Leí esta semana que la mitad de la clase media del mundo ya residía en China. Les sigue la India, y espero que muchos otros lugares.
¿Debe entristecernos la desaparición de la pobreza?
¿Debe indignarnos que los laosianos o los ruandeses consuman como nosotros?
Pero esto tiene consecuencias y no solo políticas, de recursos y militares.
También sociales.
Pensemos que nuestro ocio futuro será mas de maratones populares con mas de 10.000 inscritos, de conciertos rock con mas de 100.000 o de manifestaciones políticas con mas de 1.000.000... que de cruceros familiares cenando en la bañera bajo la luz de la luna en una cala desierta...
El problema, irresoluble, somos nosotros. Nuestra actitud, nuestro número, nuestra existencia como especie.
Eliminemos los plásticos y tendremos una prolongación de nuestra vida, eliminemos los combustible fósiles, tendremos otra.
Pero como en el cáncer, solo son prórrogas. Bienvenidas, pero prórrogas. Y no hay ni siquiera planes ni propuestas utópicas peo serias, que ofrezcan una situación estable para el planeta.
¿para qué? ¿para acabar dejándolo como La Tierra?
El problema está dentro nuestro. Hasta los que estamos muy conscienciados seguimos con un montón de actividades cotidianas nocivas.
Pero es que, además, el problema son los números.
De joven viajé en plan mochila e improvisación por muchos lugares recónditos, idílicos y salvajes.
Me consideraba un "viajero", con curiosidad e intención de estudio, comprensión y respeto.
Casi 40 años después, hordas de turistas han transformado y destruido muchos de esos lugares. Y ahora me doy cuenta de que yo soy el primer culpable por haber abierto camino.
Cuando, a ejemplo de Moitessier, mucha gente empezó a hacerse sus propios barcos y consiguió "partir", fueron bienvenidos (como pioneros que eran) en casi todas partes. Se notaba que eran unos vagabundos del mar y, hasta en los lugares mas humildes, no eran percibidos como "ricachones europeos", sino como "colegas del mar" e, incluso, como expertos en lo que en muchos pueblecitos de pescadores, había sido su oficio inmemorial.
Cuando empezaron a multiplicarse el número de veleros occidentales fondeados, muchos de los cuales gastaban dinero (tal vez de forma ahorrativa, según nosotros, pero a espuertas según ellos) cambió la visión.
Ahora somos un recurso a explotar, como era la pesca, o a depredar, como es la pesca.
El número, la masa, elimina todo lo romántico. Pero es que, TIENEN DERECHO, de hecho llevamos toda la vida haciendo de publicistas de la mar, de los viajes exóticos, de deportes arriesgados... todo ello, de actividades que, precisamente, intuitivamente, nos sedujeron en su momento por que permitían diferenciarnos de la masa...
… A un turista se le ocurrió (seguramente para epatar a sus amigos o para llevarse a una conocida al huerto) saltar de un balcón del hotel hasta la piscina... Ahora, después de docenas de muertos, ya no se construyen complejos hoteleros cerca de las piscinas.
… La tendencia imitada rápidamente de hacerse autoretratos hizo que los fabricantes de cámaras y teléfonos facilitaran la actividad. Poquísimos años después de iniciada la moda, miles de muertos y heridos. No hablemos de la GoPro...
Cualquier actividad humana "original", "en solitario", "con determinado riesgo", "meritoria", "con necesario conocimientos técnicos"... en la era de la comunicación y de las crisis personales, cualquier cosa poco frecuente que hagamos será imitada por todo el mundo por montones de entusiastas y por montones de descerebrados.
En un planeta superpoblado ¿qué podemos hacer para salir del conjunto gris, sabiendo que será imitado inmediatamente por decenas de miles de personas?
¡Ah, ya! Imitar algo que veamos en YouTube y que mole, y ser parte de los millones de imitadores...
Si vemos en un reportaje construir una canoa con un tronco... ¡todos al bosque y deforestemos e país!, ¡ningún garaje sin canoa de tronco colgada!
Si nos dicen que una Viagra hecha con colmillo de elefante hace que , además, nos vean guapos, ¡Hala, todos al Serengueti con sierras mecánicas, como Freddy!
Quieren hacer numerus-clausus en ciudades como Florencia...
E irá a peor. Gracias a la superación de la pobreza todos los que no funcionaban así, acabarán haciéndolo.
Leí esta semana que la mitad de la clase media del mundo ya residía en China. Les sigue la India, y espero que muchos otros lugares.
¿Debe entristecernos la desaparición de la pobreza?
¿Debe indignarnos que los laosianos o los ruandeses consuman como nosotros?
Pero esto tiene consecuencias y no solo políticas, de recursos y militares.
También sociales.
Pensemos que nuestro ocio futuro será mas de maratones populares con mas de 10.000 inscritos, de conciertos rock con mas de 100.000 o de manifestaciones políticas con mas de 1.000.000... que de cruceros familiares cenando en la bañera bajo la luz de la luna en una cala desierta...
El problema, irresoluble, somos nosotros. Nuestra actitud, nuestro número, nuestra existencia como especie.
Eliminemos los plásticos y tendremos una prolongación de nuestra vida, eliminemos los combustible fósiles, tendremos otra.
Pero como en el cáncer, solo son prórrogas. Bienvenidas, pero prórrogas. Y no hay ni siquiera planes ni propuestas utópicas peo serias, que ofrezcan una situación estable para el planeta.