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(11-11-2020, 01:21 PM)Werke escribió: ¿Puedo hacer una profecía con toda humildad?
Entre los pulmones y el esternón, justo debajo de la Tiroides, se encuentra una pequeña glándula de la que casi nadie ha oído hablar; se llama Timo. Es muy grande y activa en los bebés y los niños, y va atrofiándose lentamente con la edad.
En esa glándula estará la solución.
En la década de los 80 había varios científicos estudiándola y relacionándola con los resfriados comunes, pero con la aparición de enfermedades más letales y económicamente más rentables, como el SIDA, la investigación quedó prácticamente abandonada.
Si acierto, abriré un consultorio profético.
Pues tiene su lógica tu razonamiento, la diferencia de actividad de esta glándula en diferentes estadios de la vida puede dar respuesta a la cuestión de la diferencia de sintomatología en pacientes de diferente edad frente la Covid........ Si tienes razón y al final se saca algún avance para el control de la enfermedad.... se podrá concluir que detrás de la pandemia había un timo. XD
The big boats get the glory, but the small boats make the sailor.
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Es como una historia de la Guerra de las Galaxias o de las leyendas artúricas.
Existió una vez el Rey Thimo, que formaba, entrenaba y dirigía espiritualmente un grupo de formidables guerreros a los que se llamó "los Macrófagos".
Bajo la dirección de Thimo, los Macrófagos circulaban pacíficamente por la sangre vestidos de blanco y vigilando que no se produjeran invasiones enemigas; el pueblo de los glóbulos y las plaquetas les llamaban Linfocitos T, sin saber que, en caso de ataque a algún órgano, podían salir del circuito sanguíneo y contratacar, desprovistos de su aspecto pacífico, con una brutalidad extrema.
El rey Thimo fué envejeciendo con los años. Su reino se redujo, se endureció y perdió lentamente la capacidad de comunicarse con sus fieles Macrófagos, que, impulsados por el odio ciego a los invasores, continuaron atacando brutalmente por su cuenta, causando, a menudo, daños colaterales considerables; podían llegar a destruír a una pobre e inocente célula con tal de eliminar al enemigo que se había introducido en ella. Famosos en este caso se hicieron los Macrófagos especialistas situados en las regiones de intercambio de gases denominadas "alvéolos", donde eran capaces de proyectar substancias químicas letales, además de luchar cuerpo a cuerpo, y producir tremendas inflamaciones que pondrían en riesgo todo el ecosistema.
Pero el ecosistema se autorregula sin que la comunidad celular sepa muy bien cómo. Por arte de magia el Fluido comenzó a contener substancias desconocidas que eliminaban a los intrusos discretamente, antes de que alcanzasen un número suficiente como para desatar la ira de los Macrófagos. Y poco después una congregación de células llamadas Mother Cells, que habían sido milagrosamente escogidas por el Destino, consiguieron regenerar el reino de Thimo y volver al control de la situación.
En algún remoto alvéolo destruido por la inflamación alguien dejó pintado sobre el tejido bronquiectásico un misterioso anagrama: ACAB. Dicen que se refiere a los Macrófagos y a los linfocitos en general. Y que es ofensivo.