Muchas veces utilizamos términos marineros que tienen su origen en épocas ancestrales. Es el caso de la navegación "de fortuna", expresión que parece positiva, pero que todos sabemos que es una putada. Me gusta investigar esas palabras y sus posibles conexiones con otros idiomas, principalmente el griego, que es el origen de casi todo. Pues bien, Fortuna era una diosa que entre otras cosas intervenía en la navegación. Fortuna es sinónimo de Tempestad en la mayoría de las lenguas mediterráneas. Y los marinos somos supersticioso, así que cóctel asegurado.
Si os apetece leer el artículo un poco más extenso, podéis enlazar aquí.

Según las diversas acepciones que tiene la RAE, la palabra fortuna puede referirse a:

fortuna.

(Del lat. Fortūna).

1. f. Encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito.
2. f. Circunstancia casual de personas y cosas.
3. f. Suerte favorable.
4. f. éxito (‖ buena aceptación).
5. f. Hacienda, capital, caudal.
6. f. desus. borrasca (‖ tempestad del mar).
7. f. desus. borrasca (‖ temporal en tierra).
8. f. ant. Desgracia, adversidad, infortunio.
correr ~ una embarcación.
1. loc. verb. Mar. Padecer tormenta y correr el riesgo de perderse.
por ~.
1. loc. adv. Afortunadamente, por casualidad.
probar ~.
1. loc. verb. Intentar una empresa cuyo buen término se considera difícil o dudoso.
soplar la ~ a alguien.
1. loc. verb. Sucederle las cosas felizmente.

Como puede verse la acepción 6, puede ser la responsable de la aplicación del término "Navegación de fortuna". 

¿o la primera, no?

una perdida de la pala (por una sucesion de sucesos fortuitos) en medio del Atlantico puede conllevar la necesidad de montar un aparejo de fortuna y convertir la travesia en una navegacion DE FORTUNA

Y la octava, adversidad, desgracia. También el significado de la frase "correr fortuna una embarcación"

(30-11-2018, 12:07 PM)Bill escribió:  ¿o la primera, no?

una perdida de la pala (por una sucesion de sucesos fortuitos) en medio del Atlantico puede conllevar la necesidad de montar un aparejo de fortuna y convertir la travesia en una navegacion DE FORTUNA

Exacto, la primera también!

(30-11-2018, 12:11 PM)manjuari escribió:  Y la octava, adversidad, desgracia. También el significado de la frase "correr fortuna una embarcación"

La octava, es en antónimo.

O la 5

Comprarse un paquete de fortuna en un estanco...

(30-11-2018, 12:21 PM)doctaton escribió:  La octava, es en antónimo.

Ostias, es verdad, no me di cuenta. 

Ahora en serio. No recuerdo haber oído (o haber prestado atención a) la expresión "navegación de fortuna".

Lo que si es frecuente es hablar, por ejemplo, de 


- "aparejos de fortuna", dícese de aquel improvisado, normalmente tras desarbolar.
- "timón de fortuna", timón improvisado tras perder o quedar inutilizado el original.


etc.


Entonces "de fortuna" sería una manera de decir "improvisado" o "de emergencia".


Así, siguiendo la lógica anterior, "navegación de fortuna" tal vez fuera la que (acepción de viajar por mar) la que se efectúa tras una de estas reparaciones de emergencia, o (acepción de saber situarte en el mar) sería conseguir llagar al lugar deseado tras quedarse sin GPS, Sextante, Consol, Loran, Gonio...

Efectivamente, fortuna es sinónimo de tormenta o temporal. ¿Pero por qué se convierte un término totalmente positivo, como la fortuna, en uno negativo, como el temporal?
Posiblemente la trasmutación marina de la Fortuna, proviene de un eufemismo supersticioso incorporado a la jerga marinera. Es común, para conjurar el destino, darle dulces nombres a las cosas malas y terribles, como suavizándolas, e incluso adulándolas, para que nos eviten y pasen de largo. Si cuando se avecina un temporal, lo invocas a base de insultos, tienes la sensación de que te va a perseguir y hacerte tragar tus palabras; sin embargo, si lo calificas de fortuna, tienes más probabilidades de que se apiade de ti y vaya a buscar a otras naves incautas. Por los mismos motivos agoreros, se considera de mal fario subir un paraguas al barco, ya que es llamar a las inclemencias climatológicas, así como las flores, que se asocian a un funeral.
Eso es lo que intentaba subrayar en el artículo.

Bravo!

Precioso artículo y música.

Antes de llegar a los elementos de fortuna, en los barcos suelen consumirse los de servicio, luego los de respeto y los de misericordia al final.

Maravillosa lingua franca de los marineros!

(30-11-2018, 06:47 PM)Werke escribió:  Bravo!

Precioso artículo y música.

Antes de llegar a los elementos de fortuna, en los barcos suelen consumirse los de servicio, luego los de respeto y los de misericordia al final.

Maravillosa lingua franca de los marineros!

Eso mismo me decía un amigo el otro día ¿De dónde vendría lo de "respeto" en vez de repuesto? El lenguaje del mar, por ser de origen tan antiguo, lleva escondido miles de secretos apasionantes.

P

Trataré  de exponer algunas ideas que he ido leyendo por aquí y por allá :

la diosa Fortuna, dictamina necesariamente tanto sobre lo bueno como lo malo, porque gobierna una rueda que mueve el continuo devenir. El destino no es lineal, sino que órbita alrededor de la diosa. Unas veces descendemos a la desgracia y la inercia nos obliga a ascender hasta que volvemos a caer

El viejo gremio de mareanres inspiró la novela de Victor Freixanes y toma para el título el simbolo que usan para identificarse en las tumbas gremiales.

El círculo representa la armonia universal, el continuo devenir de los vientos y  planetas. Las mareas como las vidas y la fortuna van y vienen de igual manera que la noche y el día, el sol y la luna se turnan en el cielo 

El grabado que aparece más abajo lo usamos en la rememoración de un viaje histórico. El círculo se representa con un Torque celta rematado en un sol y una luna  y el triángulo se representaba con una nave.

Los tres lados del triángulo representaban tres dimensiones. 

El primero era el espacio. El espacio es enorme. Cuando cruzamos un océano y marcamos nuestra posición en una carta, apenas nos movemos. Los días pasan uno detrás de otro, pero la distancia a nuestro destino nos sigue pareciendo infinita.

Los antiguos mareantes ( los que dominaban el arte de marear) sabían que para dominar el espacio, hace falta la segunda dimensión: el tiempo. Si disponemos de tiempo y la paciencia necesaria, no importa que avancemos poco cada día, sumando esos pequeños avances, iremos superando las distancias más grandes.

Pero... ¿ cuál es la tercera dimensión que nos permite dominar el tiempo y gracias a este dominar el espacio?

La tercera dimensión es la memoria. Cuando te parece que no has avanzado apenas y la desesperaciòn te domina, debes echar la vista atrás y visionar tu origen y toda la distancia que has recorrido. Esa percepción te otorgará el ánimo y la resolución para seguir perseverando y vencer las dificultades que la fortuna te reserva para cada recodo del camino.

Creo que todavía sigue siendo útil el mito y en momentos de angustia he vuelto a pensar en el mensaje que los mareantes nos mandaban desde la antigüedad. 

(01-12-2018, 06:53 PM)Prometeo escribió:  P

Trataré  de exponer algunas ideas que he ido leyendo por aquí y por allá :

la diosa Fortuna, dictamina necesariamente tanto sobre lo bueno como lo malo, porque gobierna una rueda que mueve el continuo devenir. El destino no es lineal, sino que órbita alrededor de la diosa. Unas veces descendemos a la desgracia y la inercia nos obliga a ascender hasta que volvemos a caer

El viejo gremio de mareanres inspiró la novela de Victor Freixanes y toma para el título el simbolo que usan para identificarse en las tumbas gremiales.

El círculo representa la armonia universal, el continuo devenir de los vientos y  planetas. Las mareas como las vidas y la fortuna van y vienen de igual manera que la noche y el día, el sol y la luna se turnan en el cielo 

El grabado que aparece más abajo lo usamos en la rememoración de un viaje histórico. El círculo se representa con un Torque celta rematado en un sol y una luna  y el triángulo se representaba con una nave.

Los tres lados del triángulo representaban tres dimensiones. 

El primero era el espacio. El espacio es enorme. Cuando cruzamos un océano y marcamos nuestra posición en una carta, apenas nos movemos. Los días pasan uno detrás de otro, pero la distancia a nuestro destino nos sigue pareciendo infinita.

Los antiguos mareantes ( los que dominaban el arte de marear) sabían que para dominar el espacio, hace falta la segunda dimensión: el tiempo. Si disponemos de tiempo y la paciencia necesaria, no importa que avancemos poco cada día, sumando esos pequeños avances, iremos superando las distancias más grandes.

Pero... ¿ cuál es la tercera dimensión que nos permite dominar el tiempo y gracias a este dominar el espacio?

La tercera dimensión es la memoria. Cuando te parece que no has avanzado apenas y la desesperaciòn te domina, debes echar la vista atrás y visionar tu origen y toda la distancia que has recorrido. Esa percepción te otorgará el ánimo y la resolución para seguir perseverando y vencer las dificultades que la fortuna te reserva para cada recodo del camino.

Creo que todavía sigue siendo útil el mito y en momentos de angustia he vuelto a pensar en el mensaje que los mareantes nos mandaban desde la antigüedad. 

Me encanta: "La tercera dimensión es la memoria. Cuando te parece que no has avanzado apenas y la desesperaciòn te domina, debes echar la vista atrás y visionar tu origen y toda la distancia que has recorrido. Esa percepción te otorgará el ánimo y la resolución para seguir perseverando y vencer las dificultades que la fortuna te reserva para cada recodo del camino."
Y también me parece acertado lo de los mareantes. Siempre me gustó lo de las "cartas de marear". Sobre eso ya escribí en una entrada. Te la dejo abajo por si quieres leerla, y no te pierdas la música porque es preciosa.

https://navegandoporgrecia.com/cartas-de-marear/

Me ha gustado mucho lo que has escrito sobre las cartas. Yo todavía conservo unas cuantas. La mayoría son recuerdos de mis travesía s, tengo muchas de barcos en los que he navegado en el pasado, aunque no las hubiera usado. Un buen grupo son de un remolcador ruso que se pasó un par de inviernos fondeado en medio de la ría y para darme algo en compensación a mi compañía, me regalaron de recuerdo una pequeña balsa de goma y un montón de cartas con caracteres cirílicos. Tengo cartas de arrastreros con pecios y arrecifes perfectamente localizados para evitar la rotura de los copos de las redes.
Algunas viejas todavía están cruzadas de líneas de cuando navegábamos con gonio. Del Caribe tengo muchas, también de America del Sur y del índico. Tengo un amigo chatarrero que ahora sale en la tele haciendo un programa de náufragos. Cuando se desguazaba un barco, las cartas eran mi trofeo preferido y siempre me las guardaba. En este último barco, me encontré casi con un metro cúbico de cartas de África y el Adriático. Nunca tendré vidas para navegar por tantos sitios, pero de vez en cuando me entretengo revisando las derrotas de los que las usaron hace décadas.

Una de las referencias al arte de marear que escuchaba desde niño era la expresión - aquel o aquella conoce la aguja de marear-

En mi familia se usaba - y se usa - con mucha frecuencia para referirse a una persona cabal e instruida, Con muchas experiencias vitales acumuladas.

Cuando era niño no entendía bien la relación entre la aguja y el mareo. Ya adolescente pensaba que tenía algo que ver con el budu. No podía imaginarme que se referían al compás.

La expresión debía de ser muy arcana, porque todos el mundo sabía que era un compás o una brújula, pero la referencia de la aguja de marear solo se usaba cuando se elogiaba el conocimiento y la sabiduría de una persona. Cuando le preguntaba a mi madre, no sabía darme una explicación, era algo que usaban sin saber su origen,

Las escuelas de Nautica tardaron en aparecer incluso en los puertos principales y el conocimiento se adquiría en los gremios o pasando de aprendiz a maestro a base de mucha práctica y sacrifico.

Los símbolos eran los títulos de la época. Niguna universidad otorgaba certificados y era difícil saber si un arquitecto conocía su oficio suficientemente para trazar un arco rampante, escarzano o de medio punto.

El ejemplo del triángulo inscrito en la circunferencia y todos sus leyendas y mitos, no son solo una cuestión de tradición o liturgia. Sirven para que los maestros mareantes puedan evaluarse entre ellos.

De ahí vienen los ritos y liturgias masónicas. De alguna manera tenían que saber si el que se decía conocedor de las artes de su gremio, estaba facultado para ejercerlas. Si conocía el significado de los símbolos, era porque algún maestro se lo había enseñado y por eso se entendía que también le enseñaría a trazar el arco o a conocer el arte de marear.

A mi me fascinaba visitar las tumbas gremiales del Cemeterio de Santa Maria de Noya. Al parecer el origen de Noya está relacionado con el mito de Noe, pues al parecer allí varó su arca.

Pocos años después descubrí que el juego de la oca era el camino De Santiago. Cada puente tenía un equivalente en el tablero. La muerte se ubicaba a la altura de los Ancares en donde los asaltantes de caminos robaban y asesinaban al peregrino solitario.

Pero un historiador francés descubrió que la última oca no era Sanriago, sino que era Noya y por eso los artesanos querían enterrarse allí, bajo las enormes campas gremiales en donde grababan los símbolos de su profesión.

También leí que había una corriente De la Iglesia relacionada con el culto a San Martín que era centrífuga y navegante, al contrario de la De San Pedro que era centralista y centripeda.

Los mareares de Noya estaban relacionados con la flota de Gelmirez , no en vano era el puerto de Santiago y quizá de allí partió a San Barandan, venerado en irlanda y en todos los pueblos celtas y de quien dicen ya estuvo - fue y volvió en tiempos preterios a tierra ignota. Al otro lado de la mar océana.

Resulta curioso sin embargo que el culto a San Martín se ubica al principio de la ruta fluvial Xacovea que termina en Padrón. La piedra o perdón en donde los discípulos amarraron el barco que transportaba el cuerpo del apóstol.

Los símbolos de la aguja de marear los vi en Noya y también en el misterioso monasterio de Moraime asomado a una pequeña cala en donde las frondosas tocan el mar como manglares. Allí he pasado las noches más hermosas de mi vida en el más absoluto silencio roto solo al alba cuando los jilgueros se posan en las crucetas para deleitarse con sus trinos.

Quizás nunca se sepa porque en Moraime también hay símbolos gremiales . Pudo ser un cisma de los seguidores de Noya o quizás tenga que ver con la cabeza del gigante del Cabo villano. El auténtico Admastor al que aludía Camoens, citando a Plinio el viejo. Estaba según él entre el Cabo Nerio y el golfo de los artabros. No puede ser otro que el que se ve desde la espadaña de Moraime, al pie de la cual se agolpan las campas de los mareantes.

Prometeo, tienes que escribir todas esas historias, para que los demás nos deleitemos, igual que tu y tus cartas de marear.