El artículo citado en quora es tendencioso. Cierto en lo que compara pero tendencioso en como lo hace, pero no voy a entrar en eso.
Vivimos una época de cambios desconcertante.
Aún falta mucho para poder asimilar las distintas reglas y agresiones establecidas (o, mas bien, generalizadas) los últimos 30 años.
De hecho, ni siquiera acabamos de comprender los problemas... ni los nuevos paradigmas.
Hace ya tiempo que, en grandes sectores de la economía, ha desaparecido la libre competencia tal como antes se conocía.
Recuerdo la primera vez que visité los USA, donde pude observar que la dialéctica patronal/sindicatos que conocía en Europa había sido en gran parte substituida por la competencia por obtener mano de obra (hasta que la demanda dejó de ser indefinidamente creciente) y por la dialéctica empresa/consumidor.
Esto permitía (visto desde aquí, paradójicamente) sueldos altos y precios bajos, bajísimos. La competencia funcionaba bien.
Hoy, ya no. Tampoco allí.
Hoy han conseguido que los mecanismos de formación de precios varíen desde "a ver quien ofrece el mejor producto al menor precio" a otro sistema que consiste en "a ver que están los consumidores dispuestos a pagar por mi producto".
Esto, claro, empezó a hacerse en aquellos sectores con oferta restringida y demanda cautiva. Como la vivienda. Y les salió bien.
A continuación fueron creadas necesidades (redes sociales, teléfonos listos, tablets, ordenadores, consolas...) y servicios que, eso si, compitiendo en precios están arruinando al comercio tradicional...
Pero este ya había dejado el terreno abonado...
En mi ciudad había una tradición de tiendas especializadas. Comercios monográficos que, tocando un solo tema, podían tener incluso entre sus empleados a verdaderos eruditos en la materia, a base de salarios buenos y continuidad en el puesto. Su negocio consistía en ser tan buenos y con tal variedad de productos que atraían clientela no solo de aquí y del resto de España, sino que mucha gente venía desde el extranjero solo para comprar allí.
Este tipo de establecimientos potencian la zona. Entonces todos quieren establecerse allí. Entonces los mecanismos de formación de precios se pervierten y los que acaban expulsados son ellos.
Ahora, para obtener una pieza especializada, o una herramienta super-especial, o un libro agotado y raro... ya nadie peregrina por decenas de tiendas estándar. Se acude directamente a Amazon o Iberlibro.
Pero en Amazon encuentras de todo porque miles de pequeños fabricantes e incluso tiendas exponen ahí sus productos.
Iberlibro solo pone los libros que las librerías de ocasión les señalan...
Es decir que, no solo tienen ya el control sobre ellos y la posibilidad de subir las comisiones a unos o bajarlas a otros o negarles el acceso, sino que permiten a cualquier fabricante de, por ejemplo, China, estudiar todo lo que ofrece en España un humilde fabricante de lámparas o accesorios de baño o lo que sea y reventar precios...
El caso de Iberlibro no es tan sangrante pues la interdependencia es mas clara, pero a su amparo ya están proliferando las librerías de segunda mano sin establecimiento abierto al público.
Una ver que tengan todo el mercado, cuando ya no hayan tiendas físicas, cuando tengamos que comprar ropa o muebles (donde una foto no sirve, hace falta tocar, sospesar...) sin verlos en la realidad, los precios pasarán a ser... los que se puedan pagar. Es decir, los mas altos posibles.
Si el precio de origen es 10 y ahora, sumando transporte, impuestos y beneficio del vendedor, se vende por 100, y venden 1.000.000 de ejemplares, probablemente les saldría muy a cuenta subir el precio a 300 aunque solo vendieran 100.000 y recordad que ¡ya no habría competencia ni alternativas!
¿Y quién se lo va a prohibir?
En caso de estructuras piramidales, tanto si hablamos de un sistema comunista como otro autoritario en general, como otro monopolístico... siempre son cleptocracias. Intencionadas desde el principio o resultantes inevitablemente.
La única posibilidad de no ser manejados como títeres por manos perversas es la confluencia de muchos grupos e intereses diversos y respetuosos entre si en la sociedad. Competencia real. Entre empresas y entre intereses sociales, entre ideas y entre modelos, entre propuestas sin apriorismos. Lo único por lo que unirse todos a una es, precisamente, en evitar la preponderancia sin control de un modelo.
Antes, en algunos países, si los directores de los grandes bancos se reunían para cenar se los detenía y pasaban la noche en la cárcel (¿para qué se habían de reunir si no para conspirar contra el mercado y sus clientes?). Así paso incluso en los USA de los poderosísimos banqueros de principios de siglo.
En España, dicho sea de paso, se reunían cada semana los llamados "7 grandes", cual consejo de ministros...
Reunirse un empresario con un político, con un juez, con un regulador, con otro empresario del mismo sector, con un policía, ya da para sospechar y para investigar. Decirse entre si "hagamos sin que nadie se entere esto o lo otro y nos irá a todos mejor" incluso es delito, aún sin intercambios de dinero ni pago de favores. Pero pasar unos al lado de los otros y, simplemente guiñarse un ojo como diciendo "tu ya sabes", parece que no.
La competencia sigue afectando gravemente a los fabricantes pero está dejando de beneficiar al consumidor.
Todos consideran un nicho de mercado el "gap" entre lo que se paga y lo que se podría pagar.