Ya cerca de Espichel me despierta bruscamente Dani: hemos enganchado un cabo!!! salgo a cubierta y el desembraga el motor y coge el bichero, yo cojo la rueda y mantengo el barco navegando a vela....
Que es?...el barco no se para y queda atrás un grueso cabo de polipropileno verde de 30 mm...
Me cruzó aquel pesquero por delante, me dice Dani, y llevaba más de cien metros de ese cabo por la popa, no lo vi hasta que lo tenía bajo la proa..
El pesquero está virando y vuelve hacia nosotros. La primera impresión es nos quiere cazar al lazo como a un novillo...hay alguien recogiendo el cabo por la popa, aunque más bien mostrándonoslo..caras absolutamente serias, sin expresión y ningún gesto ni voz, voy a por la cámara y les saco varias fotos...no nos pasan otra vez por la proa, debería estar claro, pero en una situación así parece inevitable ponerse en alerta..
Se les debió caer el cabo sin darse cuenta, creo que es lo que que hay que pensar. El nombre del barco se ve perfectamente, su folio, vemos en el Vessel Finder y llevaba el Ais encendido, con su nombre correcto y ha quedado grabada su maniobra..cosas que pasan, yo jamás he tenido incidentes desagradables con pesqueros portugueses, y no parece que fuera a ser esta la excepción..seguimos navegando..
Más pesqueros hasta Espichel, y este viento parece claro que lo perderemos cuando lleguemos a Lisboa y su calor de ciudad grande. Depués hay previsión de que para pasar Cabo da Rocha vamos a tener el viento justo en la naríz.
Efectivamente, tras pasar Espichel el viento para y pasamos Lisboa a motor, con sol, sin apenas tráfico, en una agradable mañana. Acercándonos a Cabo Raso, el límite norte del estuario de Lisboa, comienza el norte. Es un bonito día, hay que pasar Cabo da Rocha con viento de proa de unos 20/25 nudos y lo hacemos solamente con motor y mayor, dando bordos cerrados.
Nos metemos casi debajo del cabo, para buscar su protección a la ola y esperar un role favorable...alguna racha baja bastante furiosilla en el cabo mismo, pero nada más pasar el cabo, el viento afloja y se va a tierra, dejándonos ir a rumbo para seguir la costa amurados a estribor.
Tarde de nuevo tranquila, viendo la sierra de Sintra en lo alto y apuntando a Peniche y Cabo Carboeiro.
Pero ya al final de la tarde y al principio de la noche ya empieza a preocuparnos lo que vemos hacia tierra adentro. Comienzan las tormentas eléctricas, con relámpagos aislados al principio, pero con loco desenfreno después, todo el horizonte cruzado de rayos entre nubes y rayos cayendo, demasiado alejados como para escuchar más que un alejado fragor, pero que está ahí como amenaza.
El Aries va ayudándonos, aún a motor, y sin utilizar apenas su efecto péndulo, la pala del piloto va corrigiendo rumbo según la presión en la veleta y permite mantener el rumbo. A veces cuesta, a veces no es posible, pero nos está quitando horas de estar continuamente pendientes de la rueda.
A partir de las doce el terral suave que había se hace navegable a vela, y vamos con un rizo en la mayor y el génova enrollado parcialmente. Dani me pasa la guardia, ya estamos cerca de Cabo Carboeiro, el viento sube, y sube, esto parece un chubasco entrando con apartato eléctrico. Llamo a Dani para que suba, va a hacer falta tomar otro rizo, el rumbo hacia Carboeiro es casi través. Cuando ya está arriba veo claro que no podemos meternos a pasar el cabo sin rizar. Hay poco mar porque estamos cerca de costa, vamos a aguantar un poco sin pasar el cabo, y a ver si el chubasco pasa, viramos.
Por la otra banda aguantamos con un rumbo un poco más aproado, pero en menos de un minuto, con el viento sin bajar, ....rassssss, la mayor raja por el pujamen cerca de la botavara...Hala...hay que arriar, mayor abajo entera!
Nos acercamos a Peniche a motor, no está una noche agradable para nada, ni para meterse en puerto, ni para seguir navegando, pero hay que decidir. Con menos mar aún cerca del puerto y el viento ya más tranquilo izamos mayor con los tres rizos puestos, seguimos, hay que hacer millas.
Pasamos finalmente Cabo Carboeiro, ya tenía algún recuerdo de bastante tensión pasando este cabo, se añade otro, otras muchas veces no, cabo Carboeiro, Peniche y las Berlengas suelen ser puntos bien agradables de la costa portuguesa. Seguimos haciendo millas, pero nos cerramos un poco al viento dirección Nazaré, nos parece que podemos ir con ola de menos fetch en caso de que vuelvan a venir más chubascos..
La noche sigue amenazadora pero no volvemos a tener más problemas. Antes del amanecer veo en mi guardia un fenómeno curioso, en la costa, hacia proa, dirección norte, donde debe estar Cabo Mondego y Figueira da Foz veo un resplandor continuado que no sé exactamente que es; si estuviese en dirección del sol podría ser un hueco iluminado entre las nubes, pero el sol no sale por ahí. La luna?, extraño, y dura demasiado tiempo, lo veo cerca de una hora. Un banco de niebla con las luces de Figueira da Foz iliminándolo desde dentro?....me quedo con la intriga..esta es una foto, de pobre calidad, claro:
Amanece y la mañana es gris pero tranquila. Hay nubes bajas y algo de niebla en la costa. No es fácil mantener el rumbo sin apenas referencias en tierra. Ya había comentado que seguir el compás en su baño de aceite era sinónimo de ir haciendo eses. Se pueden tomar referencias en tierra por el través del barco y mantener esas referencias encima de un candelero concreto, o de otro punto de referencia en la banda, es incómodo, pero es lo que hay.
La tarde anterior habíamos taladrado el sensor del timón a ver si accedíamos a su interior, pero lo único que encontramos fue una cámara ya con aceite..no se nos ocurre mucho que hacer con ello..
El día transcurrió monótono, dejamos atrás Cabo Mondego sin apenas verlo y pasamos por delante de Mira y sus eólicos haciendo proa hacia Aveiro. Intentamos adivinar si alguno de los nubarrones que vemos sobre tierra van a venir hacia el mar, pero nada sucede y vamos viendo en las webs de meteo (sobre todo en las fotos radar) como la baja ya va disolviéndose, hacia el mar, pero lo peor parece que ya ha pasado.
Anochece justo pasando Aveiro, hay bastante movimiento de pesqueros y barcos grandes, pero ningún problema en absoluto.
Con Oporto igual, pasamos sobre las tres de la mañana, hay un chubasco bastante grande que vemos claramente que pasa por nuestra popa hacia el mar...
Hacemos algún intento de ir a vela, pero el viento es poco estable.
Amanece ya cerca de Viana do Castelo...esto está chupao, esta costa se acaba, vendrán después las rías con sus múltiple refugios.
Pronto vemos los enormes eólicos flotantes frente a Viana, y ya se vé el Santa Tegra, Galicia! .Antes de llegar al Miño le otorgamos el premio a la mayor densidad de boyas de palangres y nasas a Vila Praia de Ancora, un auténtico slalom, mejor de día, sin duda..
Sigue..