Durante mi estancia en las islas Feroe hice amistad con uno de esos navegantes ante el que te quitas el sombrero, el neozelandés Phill y su barco Windora, un clasico de madera, que con su mujer, Linda, llevan navegando por todo el mundo desde hace 40 años, un personaje único, como no he conocido otro igual, con el cual, a pesar de mi paupérrimo inglés, supo hacer que me sintiese que habábamos el mismo idioma, con una sencillez que me dejó perplejo.
Con Phill a bordo del Bahía de la Islas
El Windora
En las Gerogias del Sur, como se vé en el video embarrancó, logró sacar el barco y con unos parches navegar hasta Sudáfrica donde hicieron la reparación definitiva y ahí sigue navegando, cuando me despedí de ellos ponían rumbo a Canadá, vía Islandia y Groelandia
Chapeau
Larga vida al Windora