24-08-2022, 11:30 PM
En el extremo opuesto del buenismo está el cinismo, alegrarse de lo negativo, ensalzarlo y aún sabotear lo positivo para demostrar que se lleva la razón.
Son prácticas comunes en distintas partes del planeta establecer un pacto de no agresión con los cetáceos, los pájaros marinos y especies como las tortugas. Evidentemente, para que un pacto de ese tipo funcione, no puede haber quien se lo salte.
Los delfines pueden romper aparejos, y alimentarse de especies comerciales, pero también mostraban la situación de los bancos y existía una cierta conciencia de ecosistema común con roles específicos para cada especie en los que el ecosistema es saludable gracias en parte a los grandes depredadores. Esto se ha demostrado en múltiples ocasiones.
Montar una guerra con las orcas, y además por parte de los navegantes de recreo parece algo totalmente absurdo. Si existen comportamientos agresivos por parte de las orcas será muy probablemente porque ellas fueron atacadas primero...y estamos hablando de animales con un cerebro de 6,8 kg mientras que nosotros tenemos 1,5.
Para mi, la solución va por el camino de restablecer el pacto de no agresión. El riesgo de sufrir un ataque sigue siendo mínimo, y si sucede, hay asistencia casi inmediata y seguros, son contratiempos, no es nuestra vida en juego, que sí lo es en el caso de las orcas.
Los gobiernos se gastan miles de millones en rescatar bancos, en enviar misiles a una guerra absurda, en obras faraónicas de improbable utilidad, en sangrías corruptas por cada esquina del aparato del estado. Bien podrían gastarse lo que cuesta el chocolate del loro en dar asistencia a quien se vea atacado por las orcas, en reparar los barcos, en concienciar en el respeto a otras especies, en controlar que no existan comportamientos agresivos hacia estos animales, en tenerlas permanentemente localizadas y en dejar pasar el tiempo hasta que estos inteligentes animales se den cuenta que los navegantes de recreo no somos un peligro para ellas ni somos odiosos (no lo somos?).
Agresividad engendra agresividad. Contra la agresividad hay antídotos eficaces, los deportes de riesgo, la descarga de adrenalina, la meditación, el sexo, los crucigramas, ayudar a los demás, la construcción de una comunidad global, la fiesta.. remedios hay, una sociedad sana los debiera prescribir encarecidamente...si es que hay alguna intención de alcanzar una sociedad sana...
Son prácticas comunes en distintas partes del planeta establecer un pacto de no agresión con los cetáceos, los pájaros marinos y especies como las tortugas. Evidentemente, para que un pacto de ese tipo funcione, no puede haber quien se lo salte.
Los delfines pueden romper aparejos, y alimentarse de especies comerciales, pero también mostraban la situación de los bancos y existía una cierta conciencia de ecosistema común con roles específicos para cada especie en los que el ecosistema es saludable gracias en parte a los grandes depredadores. Esto se ha demostrado en múltiples ocasiones.
Montar una guerra con las orcas, y además por parte de los navegantes de recreo parece algo totalmente absurdo. Si existen comportamientos agresivos por parte de las orcas será muy probablemente porque ellas fueron atacadas primero...y estamos hablando de animales con un cerebro de 6,8 kg mientras que nosotros tenemos 1,5.
Para mi, la solución va por el camino de restablecer el pacto de no agresión. El riesgo de sufrir un ataque sigue siendo mínimo, y si sucede, hay asistencia casi inmediata y seguros, son contratiempos, no es nuestra vida en juego, que sí lo es en el caso de las orcas.
Los gobiernos se gastan miles de millones en rescatar bancos, en enviar misiles a una guerra absurda, en obras faraónicas de improbable utilidad, en sangrías corruptas por cada esquina del aparato del estado. Bien podrían gastarse lo que cuesta el chocolate del loro en dar asistencia a quien se vea atacado por las orcas, en reparar los barcos, en concienciar en el respeto a otras especies, en controlar que no existan comportamientos agresivos hacia estos animales, en tenerlas permanentemente localizadas y en dejar pasar el tiempo hasta que estos inteligentes animales se den cuenta que los navegantes de recreo no somos un peligro para ellas ni somos odiosos (no lo somos?).
Agresividad engendra agresividad. Contra la agresividad hay antídotos eficaces, los deportes de riesgo, la descarga de adrenalina, la meditación, el sexo, los crucigramas, ayudar a los demás, la construcción de una comunidad global, la fiesta.. remedios hay, una sociedad sana los debiera prescribir encarecidamente...si es que hay alguna intención de alcanzar una sociedad sana...
Lúa nova, lúa chea, preamar ás dúas e media (en inverno, e na ría de Vigo)