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Es una buena recalada, hay veleros de todas condiciones, itinerantes como nosotros, otros más establecidos, navegantes con prisas, nerviosos por el parte incómodo. Turismo local, animado, precios contenidos, pagamos sobre 7€ por noche, agua y electricidad no necesitamos. Hace calor, suerte del viento.
Cómo estamos unos días, aprovecho para visitar ferreterías buscando una rolana. La encontré y cambié el eje y el casquillo por 316, después busqué un herrero, papel y bolígrafo, le expliqué lo que necesitaba. Tenía unos retales de inox y entendió perfectamente mis requerimientos. Finalmente instalé la rolana a proa del molinete. Al retrasar el pozo de cadenas, el tramo entre la puntera y el barboten es largo y la cadena fimbrea. Ahora trabaja como es debido, sin castigar los cojinetes y mucho menos ruidosa.
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Que si por el canal, que si doblar la punta E de Eubea, parece que el Meltemi nos abre una ventana, vamos allá, iremos a la contra e intentaremos explorar la costa NE de la isla camino a las Espóradas, donde seguramente encontraremos las flotas de las prisas. Tiene que ser duro navegar con fechas de entrada y salida e invitados a bordo que quieren ver 'todo'. Transformar el amor a navegar en un negocio, en el recurso económico esencial ha de ser sacrificado. La opción trabajo en tierra y cuando libro navego es interesante también, cada uno elegirá según sus criterios y deberá dormir en esa cama.
Salimos el sábado 19, una pequeña etapa para fondear ya en el canal. Me gusta zarpar con la mayor arriba al despuntar el día, para mí lo más fácil es hacerlo desde el fondeo. Preparo café, libro la boza, izo la mayor y cadena arriba. Muy buena mejora la rolana. Navegamos, el café está sabroso con su cardamomo y gengibre.
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El estrecho de Kafirea y el Kavo Doro tienen su cosa, con Meltemi ni intentarlo. Con post viento no es fácil, queda aún mucha corriente y mar en contra, el viento rola y se retuerce en el cabo. A ratos nos apoyamos en el motor porque el rumbo nos lleva demasiado a levante. Bordo a bordo, con mis burdas y mi trinqueta vamos remontando. Quizá hubiese sido más fácil subir a motor pegado a la costa hasta doblar el cabo en lugar de abrirnos, ya es tarde para saberlo. Por este estrecho pasan muchos mercantes y ferrys, es la ruta más directa desde el Mar Negro. Al N de la isla el viento va rolando y nos da una derrota cómoda a nuestro destino, Agii Apostoli. No hay veleros, no hay charters, la información en las app de esta costa es escasa. Recalamos en el Puerto pesquero, el fondeo es complicado, hay mucha posidònia. Estamos solos en el fondeo.
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Sólo turismo local, este encuentro con un pueblo sencillo nos llena de armonía. Las aguas más transparentes, el griterío de los niños saltando desde la escollera, un puerto sólo con pesqueros. Somos los únicos turistas, al fin. Saltamos a la playita de guijarros, hay unas sillas y nos sentamos a la sombra mientras conversamos. Recogemos plásticos en una gran bolsa. Una pareja local, jubilados como nosotros, bajan para disfrutar del baño de la tarde. Yvonne utiliza el traductor del móvil para hablar con ellos, son amables y nos dicen que dejemos la bolsa de plásticos en la escalera, ellos la subirán hasta el contenedor.
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Por la mañana, preparamos para zarpar sin prisas, recogemos toldo mientras se acerca una lancha. Directa a nosotros, el patrón nos hace señas, más cerca, con la mano toca una nevera de hielo que está a la banda. Es el señor de ayer! El que se llevó los plásticos, abre la nevera y nos enseña unos
pagells, quiere darnos pescado, que hospitalidad,
Surells, Salpes y Pagells.
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Zarpamos, 15 millas hasta Kymi, un fondeo en un antepuerto que parece bien tranquilo. Estos puertos no turísticos me gustan mucho, base del ferry a Alonnisos y Skiros, pesqueros de altura y bajura. Ambiente local y sencillo, vienen tres días de vientos frescos del NW, aquí fondeados estamos muy bien. La primera noche la compartimos con un vecino espectacular, 23 m.
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Ir a la contra a tenido premio, este encuentro con la Grecia amable y hospitalaria nos hacía mucha falta, gracias, mil veces gracias.
