Y seguimos disfrutando de ésta Galicia infinita, descubriendo nuevos lugares, nuevos fondeaderos, amigos y seguidores del canal que no dejan de visitarnos y saludarnos, pero sobre todo estoy disfrutando de la vida a bordo en pareja, como desde muchos años atrás había soñado y nunca llegaban a materializarse, ese día a día como nómadas del mar, con sus alegrías, sustos como el sufrido en la isla de Ons y preocupaciones por la salud de nuestro tripulante perruno.
Es difícil vivir en un velero para mucha gente demasiado apegada a tierra o con una mochila demasiado cargada de impedimenta social, pero más difícil aún lo es para una mujer que descubre el mar y lo que conlleva, en la recta final de su vida. Con ello corroboro, que nunca hay que desfallecer en la búsqueda de ese sueño anhelado y que esos sueños no tienen edad ni fecha de caducidad
Después de ese viaje a las frías latitudes norteñas en el que disfruté de la navegación, ahora toca deleitarse de los cortos recorridos, de enseñar a mi pareja los secretos del mar y de que otra forma de vivir, no tan apegada a la tierra es posible.
El pasado año planifiqué que tras el viaje a Noruega continuaría hacia el Caribe, pero he considerado mejor opción es hacer un alto en el camino y dedicar más tiempo a una buena salud emocional y afectiva, sin descuidar por supuesto las atenciones a mi querido Bahia de las Islas
En éste video intento mostrar ese día a día, que sin grandes gestas ni navegaciones espectaculares se disfruta en el mundo náutico.