16-05-2019, 02:34 PM
De Galicia a Irlanda
Ultimas compras en el supermercado, pan, frutas y leche fresca, paso por la gasolinera y salgo de Sada a media mañana del día 14 de mayo con día plomizo y algo de lluvia, en la bahía de A Coruña entra el SW franco, navego con un rizo, soplan en torno a los 17kt, Prioriño, Prior, Candelaria y allá a lo lejos Ortegal, metido entre nubes, los faros gallegos van pasando hasta que me adentro en el mar Cantábrico, luego nada, mar y nubes que poco a poco van abriéndose dejando pasar algunos rayos de sol.
He comido de picoteo y me he echado una siestecilla, desde el través de Candelaria ya he puesto rumbo NE será el definitivo por muchas millas, el viento también ha rolado al W, navego rápido en torno a los 8 kt, el cielo cada vez va aclarando más y al anochecer ya no hay nubes, antes de perder cobertura telefónica me he descargado el último parte Zygrib, para ya con los últimos modelos hacerme a la idea que condiciones tendré en los próximos cuatro días.
He montado la cama en el salón, desde donde vigilo los instrumentos con todos los parámetros de la navegación de un simple vistazo, esto me permite dormir sin tener que estar levantandome constantemente, ya que hasta unas 30 millas de la costa gallega hay actividad pesquera, en adelante ya nada, aunque ya todo el mundo lleva AIS, una gran ventaja para los navegantes solitarios.
Sin novedad en la noche, ausencia total de barcos, he dormido bastante, aunque de vez en cuando he echado un vistazo visual, deben de ser las viejas costumbres. El viento ha ido bajando poco antes del amanecer,. Para las 9h ya he quitado un rizo cuando el viento ha bajado de los 15kt y dos horas después el primero cuando ha bajado de los 10, el viento se ha mantenido casi todo el día en los 9kt, hacemos aún así buena marcha sobre 6 kt
A las 12h se cumplen las 24h, a pesar del bajón del viento desde la madrugada hemos hecho una buena singladura de 168 millas. El viento poco a poco comienza a rolar del noroeste hacia el este, lo que me hace ir ajustando velas cada media hora hasta la ceñida, aprovecho para no caer de rumbo y pongo el motor en marcha unas horas para así navegar sin perder millas hasta que me dé el rumbo directo a Irlanda, en cuatro horas se ha producido el cambio, no he perdido millas y las baterías están al 100%, de nuevo navegamos a vela, ya entrada la noche meto un rizo porque Eolo ha aumentado hasta los 15kt y la mar se ha empezado a agitar. A lo largo de la noche la maniobra inversa, anteriormente a la virada, ir abriendo velas según sigue rolando el viento, pero la proa apuntando a Irlanda, que dista aún más de trescientas millas.
Noche de bastante barcos, a los que atender aunque no ha habido compromiso cercano con ninguno por lo que poco me he levantado de la cama, eso sí sin dormir más de una hora seguida y los pesqueros hasta que no entremos en veriles poco profundos de la plataforma continental no aparecerán, de todas formas, desde que cambié todo el tema de las antenas se me ha reducido la visión del AIS a no más de 25 millas, cuando antes alcanzaba setenta o más, no sé si será culpa del dichoso spliter, que utiliza emisora y AIS compartiendo antena, ahí me pierdo, pero a la vuelta he de consultarlo con los técnicos de la instalación electrónica.
A medio día me visita una golondrina, se queda a descansar a bordo, en este caso nadie la importuna porque Rufino ya no es quién era y no se entera que anda revoloteando por la bañera, como tampoco oye a los delfines cuando aparecen, ¡ay la vejez!, pronto se siente el animalillo confiado como para posarse en mis piernas o en cualquier lugar, incluso ha hecho una visita al interior del barco. La singladura del segundo día ya sabía que iba a bajar mucho 148 millas, pero bueno, no está mal siempre que se superen la media de los seis nudos
A media tarde nos adentramos en el tráfico marítimo que entra y sale al dispositivo del canal de la Mancha, el año pasado encontré mucho más tráfico un poco más al norte, en ésta ocasión solo he tenido compromiso con un superpetrolero de trescientos metros de eslora, para evitar que maniobrase, a unas cinco millas, he recogido el foque para aminorar velocidad y que pasase por delante mío, lo hace a una milla, y me ha sorprendido que el oficial al mando haya agradecido la deferencia con una pitada, es la primera vez que alguien se digna a saludar, habitualmente en condiciones normales suelo evitarles hacerles maniobrar.
Esta noche ha sido la más movida, pues en muchos momentos han esta soplando 25 kt lo que ha montado una mar de en torno a los tres metros, El pobre Rufino ha pagado las consecuencias ya que con su escasa movilidad y falta de visión se le han debido revolver las tripas y ha hecho las deposiciones en la cama donde duerme bajo la capota, nunca había hecho algo así, pero tampoco nunca había sido tan mayor como lo es ahora, triste destino navegar en un próximo futuro sin él.
A media mañana ha bajado el viento no así la mar, que creo ha ido todavía un poco en aumento, sigo durmiendo a ratos, mi lema es dormir mis seis o siete horas reglamentarias sumando el cómputo, las haga de día o de noche para no acumular cansancio. En el ordenador ni un solo barco en el AIS en toda la mañana, que desolación, hasta me ha dado algo de bajón, aunque ver que la golondrina todavía aguanta revoloteando por el barco da ánimos. La tercera singladura ya nos devuelve a velocidades del primer día 161 millas, cercanos a los siete nudos de media.
Por la tarde ya estoy a poco más de cien millas de la costa irlandesa, y primera actividad en el AIS, son pesqueros faenando, a medida que me acerco empiezan a aparecer como setas, uno, otro, y otro, he contado no menos de quince, aunque he pasado por medio de la flota de arrastreros no he tenido que maniobrar a ninguno, los dos o tres que se encontraban en mi camino, antes de que llegase han variado su curso, El viento lleva todo el día constante en los 20 kt y la dirección SSE también,
Por la noche tampoco han cambiado las condiciones, todo igual, nos acercamos rápidos a costa, hago un sencillo cálculo y arribaré en torno a las cuatro de la mañana, podía entrar de noche por el estrecho pasillo a la bahía de Baltimore, pero me digo que me da lo mismo pasar navegando una hora más que tres, Para llegar al amanecer, las 6:30h he de navegar las horas que quedan sin superar los cuatro nudos, tomo el tercer rizo a la mayor, así lo pruebo, que a ésta vela nunca se lo había metido, nada, de siete nudos que llevábamos solo he reducido medio, recojo más de medio foque, nada, cinco nudos y medio, fuera todo el foque, medio nudo menos, aún es ir muy rápido a cinco nudos, solo me queda una opción si no quiero arriar toda la mayor, llevarla a la crujía, la cazo a tope y ahora sí, los cuatro nudos previstos.
Llegamos al paso matemáticamente a las 6:30 con la mañana despejada y muy fría 10 grados, más frío en la costa que en noches pasadas, aunque no ha salido el sol la visibilidad es muy clara, las olas rompen estrepitosamente entre las rocas que jalonan el paso, oigo entre el ruido de la mar el graznido de las aves, que preparan su salida diaria en busca del sustento, ésta es época de cría y los polluelos demandan mucha comida, araos, fulmares y alcatraces es lo que abunda, gaviotas apenas se ven, alguna sombría y poco más.
En el medio del paso hay una boya verde con una luz que venía viendo desde dos millas atrás, es una buena referencia enfilarla para no hacer tonterías ni equivocarte, de todos modos las dos cartografías electrónicas que llevo delante, son muy precisas y marcan la ruta correctamente, luego sigo unas boyas rojas y verdes que delimitan bajos a babor y estribor, desembocando en la amplia dársena del puerto natural de Baltimore, largo el ancla junto a un campo de boyas y doy la singladura por concluida, 687 millas en tres días y dieciocho horas desde que saliera de Sada, hoy me encuentro eufórico y totalmente descansado, es la travesía en solitario más larga que he realizado, aunque no lo sea en tiempo.
Por la tarde, pongo la neumática en el agua y me acerco hasta el pueblecito, en cuyo puerto se encuentran un par de pesqueros arrastreros de talla media, y un pequeño ferri que comunica con la isla de enfrente cada dos horas más o menos, también hay un pantalán embarcadero con unas cuantas lanchas, pero el acceso tiene puerta, así que me dirijo a una escalera en el muelle, entiendo un cartel que prohíbe el amarre de embarcaciones bajo severa sanción, pero desembarco y amarro la neumática a una veintena de metros lejos del cartel, tampoco es mucho tiempo lo que voy a emplear en echar un vistazo al pueblo.
El pueblo tiene toda la pinta de ser vacacional tres pubs y dos hoteles, además de algunas barriadas de chalecitos adosados diseminadas por el entorno, el puerto dispone de un Yachs Club que se supone que en verano gestiona los dos extensos campos de boyas junto a la dársena portuaria, tiene pinta de haber mucha actividad náutica, aunque en esta época tan temprana aún está desierta.
Para las 8:30 ya estoy como nuevo y listo a levantar el ancla, que viene repleta de algas kelp, con ellas serán las peleas diarias en los fondeos, a veces dan problemas para que agarre el hierro, pero las Rocna pueden con casi todo,
Fuera de la bahía la mar ha bajado con respecto ayer, mantengo el rizo a la mayor y fuera del paso despliego el foque, pongo rumbo oeste, el objetivo es acercarme al faro de la Fasnet Rock, era uno de los objetivos que me había planteado para recalar en Baltimore. El viento anda en torno a las 18kt de aleta, enseguida me percato que tenemos una corriente favorable de casi un nudo porque la velocidad no baja en ningún momento de los ocho nudos, en la lejanía veo como si fuera un mercante el definido perfil de la roca, distante de la costa unas seis millas, la alcanzo con rapidez, la dejo por el sur, no paro de tomar fotos y videos, en sus aledaños la corriente que traemos forma una mar desordenada y remolinos, a los cuales ya estoy acostumbrado de otros lugares.
Pasamos como una exhalación por la Fasnet y mantengo el rumbo por lo menos otras diez millas hasta que libramos la punta del cabo Mizen Head, traslucho y rumbo a destino la islita de Bear, que tras ella hay un buen refugio para pasar unos días fondeados a tener de nuevo vientos favorables para ir tirando hacia el norte.
La navegación hoy ha sido de treinta y cinco millas, pero espectaculares, se ha hecho sentir la ola atlántica de en torno a los cuatro metros, muy larga, que para nada interfería en la navegación. No me canso de ver evolucionar a los fulmares entre las olas, unos maestros de la acrobacia, mejor incluso que las pardelas y los alcatraces, con ese cuerpecillo rechoncho y aerodinámico sortean las olas a escasos centímetros, la costa es muy similar a la gallega
Entro por el pasillo entre la isla Bear y tierra firme a toda vela, enseguida la superficie queda como en una piscina, en lo más parecido a navegar por un rio de aguas mansas, la altura de la isla produce desventes y como tengo claro de antemano donde voy a fondear arrío velas y a motor me dirijo a una resguardada bahía a media milla de la población de Castletown, ahí pasaré los próximos días y con el motor de 10cv me acercaré al pueblo en cualquier momento
Salgo de Galicia
Con Rufino para la foto
Atravieso el tráfico en la ruta del canal de la Mancha
El nuevo tripulante
El trafico en la ruta
Sueño reparador
Baltimore
navegando a la fasnet
Fasnet Rock
La costa sur y oeste irlandesa se pareece mucho a la gallega
Salud
Ultimas compras en el supermercado, pan, frutas y leche fresca, paso por la gasolinera y salgo de Sada a media mañana del día 14 de mayo con día plomizo y algo de lluvia, en la bahía de A Coruña entra el SW franco, navego con un rizo, soplan en torno a los 17kt, Prioriño, Prior, Candelaria y allá a lo lejos Ortegal, metido entre nubes, los faros gallegos van pasando hasta que me adentro en el mar Cantábrico, luego nada, mar y nubes que poco a poco van abriéndose dejando pasar algunos rayos de sol.
He comido de picoteo y me he echado una siestecilla, desde el través de Candelaria ya he puesto rumbo NE será el definitivo por muchas millas, el viento también ha rolado al W, navego rápido en torno a los 8 kt, el cielo cada vez va aclarando más y al anochecer ya no hay nubes, antes de perder cobertura telefónica me he descargado el último parte Zygrib, para ya con los últimos modelos hacerme a la idea que condiciones tendré en los próximos cuatro días.
He montado la cama en el salón, desde donde vigilo los instrumentos con todos los parámetros de la navegación de un simple vistazo, esto me permite dormir sin tener que estar levantandome constantemente, ya que hasta unas 30 millas de la costa gallega hay actividad pesquera, en adelante ya nada, aunque ya todo el mundo lleva AIS, una gran ventaja para los navegantes solitarios.
Sin novedad en la noche, ausencia total de barcos, he dormido bastante, aunque de vez en cuando he echado un vistazo visual, deben de ser las viejas costumbres. El viento ha ido bajando poco antes del amanecer,. Para las 9h ya he quitado un rizo cuando el viento ha bajado de los 15kt y dos horas después el primero cuando ha bajado de los 10, el viento se ha mantenido casi todo el día en los 9kt, hacemos aún así buena marcha sobre 6 kt
A las 12h se cumplen las 24h, a pesar del bajón del viento desde la madrugada hemos hecho una buena singladura de 168 millas. El viento poco a poco comienza a rolar del noroeste hacia el este, lo que me hace ir ajustando velas cada media hora hasta la ceñida, aprovecho para no caer de rumbo y pongo el motor en marcha unas horas para así navegar sin perder millas hasta que me dé el rumbo directo a Irlanda, en cuatro horas se ha producido el cambio, no he perdido millas y las baterías están al 100%, de nuevo navegamos a vela, ya entrada la noche meto un rizo porque Eolo ha aumentado hasta los 15kt y la mar se ha empezado a agitar. A lo largo de la noche la maniobra inversa, anteriormente a la virada, ir abriendo velas según sigue rolando el viento, pero la proa apuntando a Irlanda, que dista aún más de trescientas millas.
Noche de bastante barcos, a los que atender aunque no ha habido compromiso cercano con ninguno por lo que poco me he levantado de la cama, eso sí sin dormir más de una hora seguida y los pesqueros hasta que no entremos en veriles poco profundos de la plataforma continental no aparecerán, de todas formas, desde que cambié todo el tema de las antenas se me ha reducido la visión del AIS a no más de 25 millas, cuando antes alcanzaba setenta o más, no sé si será culpa del dichoso spliter, que utiliza emisora y AIS compartiendo antena, ahí me pierdo, pero a la vuelta he de consultarlo con los técnicos de la instalación electrónica.
A medio día me visita una golondrina, se queda a descansar a bordo, en este caso nadie la importuna porque Rufino ya no es quién era y no se entera que anda revoloteando por la bañera, como tampoco oye a los delfines cuando aparecen, ¡ay la vejez!, pronto se siente el animalillo confiado como para posarse en mis piernas o en cualquier lugar, incluso ha hecho una visita al interior del barco. La singladura del segundo día ya sabía que iba a bajar mucho 148 millas, pero bueno, no está mal siempre que se superen la media de los seis nudos
A media tarde nos adentramos en el tráfico marítimo que entra y sale al dispositivo del canal de la Mancha, el año pasado encontré mucho más tráfico un poco más al norte, en ésta ocasión solo he tenido compromiso con un superpetrolero de trescientos metros de eslora, para evitar que maniobrase, a unas cinco millas, he recogido el foque para aminorar velocidad y que pasase por delante mío, lo hace a una milla, y me ha sorprendido que el oficial al mando haya agradecido la deferencia con una pitada, es la primera vez que alguien se digna a saludar, habitualmente en condiciones normales suelo evitarles hacerles maniobrar.
Esta noche ha sido la más movida, pues en muchos momentos han esta soplando 25 kt lo que ha montado una mar de en torno a los tres metros, El pobre Rufino ha pagado las consecuencias ya que con su escasa movilidad y falta de visión se le han debido revolver las tripas y ha hecho las deposiciones en la cama donde duerme bajo la capota, nunca había hecho algo así, pero tampoco nunca había sido tan mayor como lo es ahora, triste destino navegar en un próximo futuro sin él.
A media mañana ha bajado el viento no así la mar, que creo ha ido todavía un poco en aumento, sigo durmiendo a ratos, mi lema es dormir mis seis o siete horas reglamentarias sumando el cómputo, las haga de día o de noche para no acumular cansancio. En el ordenador ni un solo barco en el AIS en toda la mañana, que desolación, hasta me ha dado algo de bajón, aunque ver que la golondrina todavía aguanta revoloteando por el barco da ánimos. La tercera singladura ya nos devuelve a velocidades del primer día 161 millas, cercanos a los siete nudos de media.
Por la tarde ya estoy a poco más de cien millas de la costa irlandesa, y primera actividad en el AIS, son pesqueros faenando, a medida que me acerco empiezan a aparecer como setas, uno, otro, y otro, he contado no menos de quince, aunque he pasado por medio de la flota de arrastreros no he tenido que maniobrar a ninguno, los dos o tres que se encontraban en mi camino, antes de que llegase han variado su curso, El viento lleva todo el día constante en los 20 kt y la dirección SSE también,
Por la noche tampoco han cambiado las condiciones, todo igual, nos acercamos rápidos a costa, hago un sencillo cálculo y arribaré en torno a las cuatro de la mañana, podía entrar de noche por el estrecho pasillo a la bahía de Baltimore, pero me digo que me da lo mismo pasar navegando una hora más que tres, Para llegar al amanecer, las 6:30h he de navegar las horas que quedan sin superar los cuatro nudos, tomo el tercer rizo a la mayor, así lo pruebo, que a ésta vela nunca se lo había metido, nada, de siete nudos que llevábamos solo he reducido medio, recojo más de medio foque, nada, cinco nudos y medio, fuera todo el foque, medio nudo menos, aún es ir muy rápido a cinco nudos, solo me queda una opción si no quiero arriar toda la mayor, llevarla a la crujía, la cazo a tope y ahora sí, los cuatro nudos previstos.
Llegamos al paso matemáticamente a las 6:30 con la mañana despejada y muy fría 10 grados, más frío en la costa que en noches pasadas, aunque no ha salido el sol la visibilidad es muy clara, las olas rompen estrepitosamente entre las rocas que jalonan el paso, oigo entre el ruido de la mar el graznido de las aves, que preparan su salida diaria en busca del sustento, ésta es época de cría y los polluelos demandan mucha comida, araos, fulmares y alcatraces es lo que abunda, gaviotas apenas se ven, alguna sombría y poco más.
En el medio del paso hay una boya verde con una luz que venía viendo desde dos millas atrás, es una buena referencia enfilarla para no hacer tonterías ni equivocarte, de todos modos las dos cartografías electrónicas que llevo delante, son muy precisas y marcan la ruta correctamente, luego sigo unas boyas rojas y verdes que delimitan bajos a babor y estribor, desembocando en la amplia dársena del puerto natural de Baltimore, largo el ancla junto a un campo de boyas y doy la singladura por concluida, 687 millas en tres días y dieciocho horas desde que saliera de Sada, hoy me encuentro eufórico y totalmente descansado, es la travesía en solitario más larga que he realizado, aunque no lo sea en tiempo.
Por la tarde, pongo la neumática en el agua y me acerco hasta el pueblecito, en cuyo puerto se encuentran un par de pesqueros arrastreros de talla media, y un pequeño ferri que comunica con la isla de enfrente cada dos horas más o menos, también hay un pantalán embarcadero con unas cuantas lanchas, pero el acceso tiene puerta, así que me dirijo a una escalera en el muelle, entiendo un cartel que prohíbe el amarre de embarcaciones bajo severa sanción, pero desembarco y amarro la neumática a una veintena de metros lejos del cartel, tampoco es mucho tiempo lo que voy a emplear en echar un vistazo al pueblo.
El pueblo tiene toda la pinta de ser vacacional tres pubs y dos hoteles, además de algunas barriadas de chalecitos adosados diseminadas por el entorno, el puerto dispone de un Yachs Club que se supone que en verano gestiona los dos extensos campos de boyas junto a la dársena portuaria, tiene pinta de haber mucha actividad náutica, aunque en esta época tan temprana aún está desierta.
Para las 8:30 ya estoy como nuevo y listo a levantar el ancla, que viene repleta de algas kelp, con ellas serán las peleas diarias en los fondeos, a veces dan problemas para que agarre el hierro, pero las Rocna pueden con casi todo,
Fuera de la bahía la mar ha bajado con respecto ayer, mantengo el rizo a la mayor y fuera del paso despliego el foque, pongo rumbo oeste, el objetivo es acercarme al faro de la Fasnet Rock, era uno de los objetivos que me había planteado para recalar en Baltimore. El viento anda en torno a las 18kt de aleta, enseguida me percato que tenemos una corriente favorable de casi un nudo porque la velocidad no baja en ningún momento de los ocho nudos, en la lejanía veo como si fuera un mercante el definido perfil de la roca, distante de la costa unas seis millas, la alcanzo con rapidez, la dejo por el sur, no paro de tomar fotos y videos, en sus aledaños la corriente que traemos forma una mar desordenada y remolinos, a los cuales ya estoy acostumbrado de otros lugares.
Pasamos como una exhalación por la Fasnet y mantengo el rumbo por lo menos otras diez millas hasta que libramos la punta del cabo Mizen Head, traslucho y rumbo a destino la islita de Bear, que tras ella hay un buen refugio para pasar unos días fondeados a tener de nuevo vientos favorables para ir tirando hacia el norte.
La navegación hoy ha sido de treinta y cinco millas, pero espectaculares, se ha hecho sentir la ola atlántica de en torno a los cuatro metros, muy larga, que para nada interfería en la navegación. No me canso de ver evolucionar a los fulmares entre las olas, unos maestros de la acrobacia, mejor incluso que las pardelas y los alcatraces, con ese cuerpecillo rechoncho y aerodinámico sortean las olas a escasos centímetros, la costa es muy similar a la gallega
Entro por el pasillo entre la isla Bear y tierra firme a toda vela, enseguida la superficie queda como en una piscina, en lo más parecido a navegar por un rio de aguas mansas, la altura de la isla produce desventes y como tengo claro de antemano donde voy a fondear arrío velas y a motor me dirijo a una resguardada bahía a media milla de la población de Castletown, ahí pasaré los próximos días y con el motor de 10cv me acercaré al pueblo en cualquier momento
Salgo de Galicia
Con Rufino para la foto
Atravieso el tráfico en la ruta del canal de la Mancha
El nuevo tripulante
El trafico en la ruta
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La costa sur y oeste irlandesa se pareece mucho a la gallega
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