(01-05-2019, 01:33 PM)Hippie escribió: Buena ceñida se metió entre la ría de Vigo y la ría de Pontevedra
El día 30 de Abril ya hemos comenzado el viaje veraniego, de momento con etapas cortas, demasiado viento del norte como para aventurarse a pelearse con el nordés de la costa norte gallega, aprovecho a disfrutar de esta Galicia afortunada de sol y buena gastronomía, con mis amigos, ya llegarán unas buenas condiciones para navegar como los caballeros.
Como siempre, Combarro, la Isla de Arosa, La Puebla de Caramiñal, Cambados, son mis lugares de referencia, sin prisas voy tirando hacia el norte con la mirada puesta diariamente en los modelos meteorológicos, a la espera de esa ventana que me permita el salto de 500 millas hasta el sur de Irlanda, en condiciones optimas de vientos portantes, no tengo prisa, nadie me espera y no me apetece, a sabiendas bregar con malas mares.
Estos dos últimos días he tenido que apretar un poco que a media semana entra una borrasca por el centro del Cantábrico y se va a dejar sentir con bastante fuerza por Galicia, así que dejo La Puebla de Caramiñal la tarde del día 3, despido a mis amigos que retornan a Moaña y como el Nordés ha aflojado mucho, me pongo en ruta ya en solitario, Atravieso el Carreiro y el estrecho paso de Sagres, para dirigirme a la playa de Corrubedo, me apetecía pasar allí la noche, junto al pintoresco pueblo, ya que nunca había largado el ancla en el marco incomparable de la gran duna.
Algunos foráneos aprovechan los últimos rayos del sol, que casi rayando el horizonte apenas calientan, pero pronto la soledad de mi barquito acompaña el suave rumor de las pequeñas olas que rompen en la playa, hasta la brisa se ha ido a dormir, todo es quietud y nostalgia, y siempre que me encuentro por estos pagos y los otrora temidos arrecifes de Corrubedo, viene a mi memoria el recuerdo de aquella noche de verano del 91, a escasas dos millas mar adentro de donde me encuentro, estuvimos a puntito de naufragar en los bajos de Las Preguiñas, hasta le dimos un coscorrón a una piedra, ¡qué tiempos aquellos de navegaciones con el Praia!, ¡cuánto aprendí con él!, como han cambiado los tiempos y cuanto hemos aprendido.
Me levanto temprano, empieza amanecer cuando ya estoy bordeando la pequeña península donde se halla el peculiar faro de sectores rojos de Corrubedo, no hay viento o todavía no ha despertado, sí era eso, porque al atravesar la amplia boca de la ría de Muros, ésta deja sentir su tímido aliento, ¡vaya con los despertares del Nordeste!, diez minutos después de parar el motor, ya he tenido que meter primero uno y seguido el segundo rizo a la mayor, para lidiar con los 27 nudos, que como un torrente bajan por la ría, ¿donde predecían ese ventarrón? pues en ninguna parte, porque en menos de una hora ya estoy de nuevo en calma chicha y aunque espero un buen rato flotando como un corcho, no hay más remedio que pedir ayuda a la mecánica.
Sin más historia que una navegación insípida por los cabos de la Costa da Morte a motor, me detengo, poco después de medio día en el pueblecito de Muxía, ya está bien de quemar gasoil, cuando la previsión para el día siguiente es de viento del Suroeste. Largo el ancla en mi rincón favorito, la playa de la Cruz, junto al espigón del náutico, y no ha pasado mucho tiempo a que otros dos veleros fondeen cerca haciéndome compañía, aprovecho que la tarde todavía es larga para bajar a tierra y que Rufino camine un poco, que está muy mayor y apenas quiere pasear.
El día siguiente tal como se esperaba, nublado y viento portante de entre 15 y 20 nudos, ideal, además de Camariñas han salido cuatro barcos más con destino a Coruña, ¡fenomeno, ya hay regata!, es que no lo puedo evitar el vicio, jajaja, Como tres me llevan delantera, me pongo rápido a su altura acortando recorrido, dejo los bajos de las Quebrantas por babor, saludo a un par de pesqueros que faenan en la zona y me coloco en segunda posición, un keche de 18 metros nos lleva la delantera, pero según veo en el AIS su trayectoria demasiado empopada y velocidad que apenas alcanza los 7 nudos, es pan comido. mantengo rumbo mar adentro, hasta situarme a una milla a su sotavento, traslucho y el Bahía desarrolla su potencial navegando por encima de los 8 nudos, rumbo a las islas Sisargas, en poco más de una hora ya he cruzado su proa, supongo que en el velero pensarían que tendré que trasluchar, pues no, Sisargas por el interior, que ya me conozco de sobra el paso y ahí se acabó la regata, ahorrándome un recorrido de un par de millas.
También el viento se quedó en las Sisargas como si de una puerta se tratase, pero por el contrario luce el sol y una brisa de 8 nudos nos empuja plácidamente a 4, no tengo prisa por llegar y después de comer sesteo tomando el sol, que posiblemente este verano no tenga muchas oportunidades de recargar vitamina D, Saludamos a la torre de Hércules y a las seis de la tarde, diez horas después de salir de Muxia amarro en el náutico de Sada.
Aquí pasaré los dos días de rasca que se avecinan y el resto del tiempo mientras aparece una ventana apropiada, los dedicaré a recorrer las rías de Ares, Ferrol y Cedeira
En los primeros compases tengo tripulación femenina a bordo
Rufino tendrá poca vista y oído, pero el jamón bien sabe donde está
Visita al turístico pueblo de Combarro
Al traves de Muros, el viento nos pone firmes
al paso por Finisterre
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Fondeo en Muxia, junto a la playa de la Cruz
La Torre de Hercules, centinela de A Coruña
Salud