(30-05-2020, 01:14 AM)Ypake+ escribió: [ -> ]Sobre gustos no hay nada escrito pero a mí no me gustan nada los biquilla.
No navegan ni pa atrás ;-)
(30-05-2020, 07:51 AM)Bill escribió: [ -> ]
a mi me pasa lo mismo... no me acaban de convencer. Me gusta el concepto de doble pala de timon, pero no el de doble quilla
Yo solo he navegado en un biquilla, el Prometeo, y no note nada especial a excepción de menos escora en ceñida, estoy convencido en que si nos suben a uno sin saberlo no notamos nada
Los barcos son como la alta fidelidad, si no tienes un comparator, solo en tiendas especializadas, es muy difícil apreciar diferencias a no ser que sean entre equipos de muy distinta calidad.
Con los barcos me daba cuenta en las regatas que hacíamos para empresas, en un día igual movía 8 o 10 barcos, uno detrás de otro y así si se notan diferencias en cuanto a maniobrabilidad, sensibilidad al timón, asentamiento etc
Evidentemente al igual que con la música los hay que tienen el oído más fino, pero hay que haber escuchado muchos equipos y desde luego las diferencias pueden llegar a ser importantes, no solo valen las características técnicas, porque aunque estas sean muy buenas luego está nuestra sensibilidad y condiciones auditivas
y estás ya son distintas para cada cual.
Está bien, si a casi nadie le gusta los biquilla, se venderán menos y bajarán de precio, eso me viene bien
Cuanto mas ligero es el desplazamiento del barco, mas efecto tiene el aumento de superficie mojada.
Y al revés...
(30-05-2020, 09:01 AM)Velero Simbad escribió: [ -> ]Yo solo he navegado en un biquilla, el Prometeo, y no note nada especial a excepción de menos escora en ceñida, estoy convencido en que si nos suben a uno sin saberlo no notamos nada
Los barcos son como la alta fidelidad, si no tienes un comparator, solo en tiendas especializadas, es muy difícil apreciar diferencias a no ser que sean entre equipos de muy distinta calidad.
Con los barcos me daba cuenta en las regatas que hacíamos para empresas, en un día igual movía 8 o 10 barcos, uno detrás de otro y así si se notan diferencias en cuanto a maniobrabilidad, sensibilidad al timón, asentamiento etc
Evidentemente al igual que con la música los hay que tienen el oído más fino, pero hay que haber escuchado muchos equipos y desde luego las diferencias pueden llegar a ser importantes, no solo valen las características técnicas, porque aunque estas sean muy buenas luego está nuestra sensibilidad y condiciones auditivas y estás ya son distintas para cada cual.
Hombre... somos malos, o al menos yo soy malo... pero aun soy capaz de distinguir como navega un barco...
los biquillas, como todo, tienen sus pros y sus contras... los que saben dicen que ciñen menos que el mismo modelo en "monoquilla" pues la quilla de sotavento necesita mucha escora para trabajar bien y evitar el abatimiento, son mas lentos en ceñida por presentar mayor superficie mojada, son mas inestables en portantes pues ademas ofrecen doble resistencia lateral, al parecer tienen un navegar un tanto peculiar pues con las dos quillas en el agua, pero una mas metida en el agua que la otra, y el timon en el medio, se generan unas fuerzas desequilibradas que obligan, para equilibrar, a meter más timón, más pala, con el efecto freno que eso supone. Ademas corres mas riesgo de enganchar cosas, tanto por tener un apendice mas, como por su posicion, cerca de las bandas.
En fin... que yo he navegado muy poco en biquilla, pero conozco gente que los tiene, y con unas cervezas por el medio, es lo que me han contado... De todas maneras tambien tienen sus virtudes... la posibilidad de vararlos, el menor riesgo de perder el barco si embarrancas en arena, la mayoria tienen menos calado que un modelo homologo monoquilla y por tanto se amplian las areas de fondeo disponible.
(30-05-2020, 05:53 PM)Bill escribió: [ -> ]Hombre... somos malos, o al menos yo soy malo... pero aun soy capaz de distinguir como navega un barco...
los biquillas, como todo, tienen sus pros y sus contras... los que saben dicen que ciñen menos que el mismo modelo en "monoquilla" pues la quilla de sotavento necesita mucha escora para trabajar bien y evitar el abatimiento, son mas lentos en ceñida por presentar mayor superficie mojada, son mas inestables en portantes pues ademas ofrecen doble resistencia lateral, al parecer tienen un navegar un tanto peculiar pues con las dos quillas en el agua, pero una mas metida en el agua que la otra, y el timon en el medio, se generan unas fuerzas desequilibradas que obligan, para equilibrar, a meter más timón, más pala, con el efecto freno que eso supone. Ademas corres mas riesgo de enganchar cosas, tanto por tener un apendice mas, como por su posicion, cerca de las bandas.
En fin... que yo he navegado muy poco en biquilla, pero conozco gente que los tiene, y con unas cervezas por el medio, es lo que me han contado... De todas maneras tambien tienen sus virtudes... la posibilidad de vararlos, el menor riesgo de perder el barco si embarrancas en arena, la mayoria tienen menos calado que un modelo homologo monoquilla y por tanto se amplian las areas de fondeo disponible.
Pues tenias que ver como llevaba el rumbo el piloto del Prometeo
Yo no conozco ningun astillero con el modelo en biquilla o quilla central, si con quilla o derivador, Jeanneau cuando hacia barcos tenia unos cuantos
Enganchas lo mismo que con una quilla y dos palas, que desde luego no es lo ideal, pero hoy con las mangas mantenidas hasta popa todo dios lleva dos palas y ademas mas en los extremos, también los enganches con las guías son mas frecuentes
En fin, como siempre depende de para que quieras el barco, para tenerlo en la Breataña o en Galicia y no pagar puerto no tiene parangon
y para acceder a sitios con poco calado tampoco y tal como esta hoy el panorama con los bichos que lleva la gente tampoco es mala opción, por supuesto mejor el derivador.
Aunque tiene algunos años no lo conocía
No son raros los modelos que se ofrecen con 1 o 2 quillas.
Los RM, por ejemplo tienen las opciones de 1 quilla y 2 timones o 2 quillas y un timón (ignoro si ofrecen mas combinaciones). Ah! y también hay alguna opción de quilla elevable.
Hablo de ellos por ser de desplazamiento mas bien ligero, que es donde el aumento de superficie mojada hace mas daño, sería bueno pillar un reportaje comparativo entre el comportamiento de las versiones. Seguro que en alguna revista francesa ha aparecido.
Los biquilla tienen las ventajas de menor calado, facilita la varada con la marea y a algunos les gusta su comportamiento al escorar, pero insisto, sean cuales sean sus ventajas seguro que aumentan con barcos mas pesados, como cascos de acero.
¿Y dos quillas y dos timones? Sería lo lógico
Un bonito texto marinero que he desayunado esta mañana y he pensado en compartido:
CHOCAR CON UNA ISLA
Una pareja de navegantes Españoles, realizaban un crucero por el mar Rojo en su velero “Uke”, ketch de acero de construcción artesanal.
Él es Pepe Ribés, un conocido crucerista, regatista, instructor y “trasladador” de barcos. Y de ella, como en la generalidad de los casos, sólo trasciende su nombre, Agneta.
Ocurrió a fines de los ´80, por lo cual, el posicionamiento en la carta náutica se obtenía por sextante. Y ese día, la reverberación debido al calor y humedad se supone que infringió el error.
EL RELATO
“…a aquella hora que mas bien quisiera olvidar, entré en mi turno de guardia. La noche estaba despejada. Hacía frío y la humedad se calaba honda. Por aquellas latitudes es muy grande el contraste de temperaturas entre el día y la noche.
Mi pensamiento se encontrado algo agitado quizás, porque algo presentía. Tal vez fue Uke quien pretendió avisarme. O tal vez ese sentido que se despierta como un radar natural cuando se llevan muchas millas navegadas bajo los piés.
Recuerdo que oteé una vez más el oscuro horizonte sin ver nada fuera de lo normal. El fuerte viento hacía que Uke sacara bigotes desde sus amuras. Bajé a la cabina a hacerme un té.
Apenas un instante después sentí el seco, brusco y rápido salto, seguido de un continuo y horroroso ruido de roces, resquebrajamiento y choque contra algo.
Me catapulté de un brinco hacia el exterior.
-Hemos encallado!- me gritó Agneta sacando su cabeza por el tambucho de popa.
-Imposible!- Grité yo creyendo que nos habíamos ido contra algún mercante.
Pero allí estaba, desde tiempos remotos, desde siempre, desde que el mundo es mundo, desde mque los márgenes de este mar se separaron.
Frente a nosotros se alzaba una isla con sus barreras de arrecifes, “Zabagard”, solitaria y sin faro, situada a treinta millas de la costa.
Su gran masa gris parecía un monstruo marino que iría a tragarnos con sus fauces de coral.
En ese momento llevábamos el viento de popa con todo el aparejo arriba.
Con el primer choque de Uke sobre el arrecife, debimos saltar la primera barrera y al entrar en el canal interior, continuó su marcha sobre las duras formaciones empujado por el viento portante.
Mi primer reacción fue bajar todas las vela y soltar todas aquellas retenidas tan bien trincadas durante el día y que ahora parecían resistirse a ser aflojadas, liándose en cualquier cornamusa, tensor o arista que hallaban a su paso.
Espuma de rompientes que salpicaban, roces contra el coral, brutales choques que nos hacían vibrar hasta la perilla del palo.
Con un desagradable sabor en mi boca, puse en marcha el motor y embragué sin perder tiempo, queriendo frenar la marcha avante de Uke. Aceleré a tope, pero el barco no detuvo su alocado avance. La única reacción del motor encaminándose a los infiernos, fue echar humo y más humo.
Ni la marcha adelante, ni la marcha atrás variaban la velocidad. Entonces supuse que habíamos perdido alguna pala de la hélice, y ese pensamiento me atormentó aún más pues en aquella situación y sin motor sólo se podía esperar un milagro. Unas amenazantes siluetas de rocas con sus rompientes de espuma blanca como afiladas dentaduras se perfilaban justo por proa.
Volví a izar la vela mayor en un intento de que Uke tomase arrancada y pudiese virar, pero ya estábamos en aguas de tan poco fondo que no podíamos maniobrar.
Las olas golpeaban el casco con saña, sin piedad, y nos empujaban hacia aquellas rompientes cada vez mas próximas.
Mis ojos estaban secos, o tal vez mis lágrimas fueron arrastradas por el viento, porque puedo asegurar que en mi interior lloraba y lloraba de rabia.
El embate del mar seguía arrastrándonos, dando saltos y golpes contra todas las rocas que se encontraban en nuestro camino hacia las rompientes.
Yo no me detenía. Iba de proa a popa como perdido, improvisando, imaginando, pensando, desatando y atando.
En un instante, corté los cabos que sostenían el auxiliar y lo tiré al agua. Ya tenía preparada el ancla de reserva con cincuenta metros de cabo sin estrenar, preparada para una de éstas ocasiones excepcionales, de ésas que uno jamás espera que se presenten.
Cuando me dirigí hacia popa para saltar al bote, una ola mayor que las demás nos proporcionó una escora casi hasta la horizontal, y nos dejó atravesados a las olas y provocando que Uke comenzara a dar golpes con su pantoque contra la muralla del arrecife.
Me precipité al mar con aquel mazo de cabo enrollado en mi cuerpo y tuve la suerte de quedar sujeto por mi arnés. Todo indicaba que éste iba a ser el fin de nuestro barco. Pero en esta situación, una fuerza interior que me empujó a seguir, a realizar todo lo que se me ocurriese hasta que mi cuerpo no pudiera más, hasta que el agotamiento me dejase como a mi barco.
Me encontré remando con un solo remo contra el oleaje encabritado, de pié apoyando las rodillas contra la proa de mi pequeño óptimist. Di fuertes paladas a uno y otro lado hasta que dejé caer el ancla cuando el cabo no dio más de sí. Y regresé tomándome del mismo para que olas y viento no me pasaran de largo. Una vez a bordo, tiramos con toda las fuerzas de nuestros cuerpos de aquél cordón umbilical que configuraba la última esperanza. Y lo hicimos firme al molinete del ancla.
Uke pareció aproarse un poco y detener su marcha. El cabo se tensaba como cuerda de guitarra.
Levantando todas las tapas de los tambuchos, hallé en el fondo de la sentina, el ancla mayor de respeto. De nuevo y haciendo grandes equilibrios, remé contra la marejada rompiente hasta dejar caer el hierro abierto por el través.
Sin detener mi desesperada marcha por cubierta pensando e imaginando, grité a Agneta que preparase un bolso de abandono por si nos veíamos en la emergencia de nadar hacia tierra.
Aquella idea nefasta me gritaba todo el tiempo en la mente, pero no me rendía y en todo momento continuaba elucubrando soluciones dentro del abismo de ese futuro incierto. Uke lloraba, gritaba, suplicaba ayuda, me pedía que no lo abandonase.
Tirando simultáneamente desde el molinete del ancla, y desde el winche del cóckpit, fuimos, palmo a palmo cobrando ambas anclas con movimientos fatigosamente lentos qpero que eran efectivos. Estábamos agotados, con las manos doloridas por los roces, los cortes, los golpes, pero seguíamos tirando de aquellos cabos aunque no supiéramos con seguridad que aquello fuera nuestra salvación. Pero al fin habíamos detenido la caída hacia el naufragio sin retorno.
Casi al amanecer y con la primera claridad pudimos observar un tono de aguas más claras cerca de nosotros dudando que quizás era nuestra imaginación implorando una vía de escape. Pero aquello nos daba un atisbo de esperanza si en verdad se trataba de un canal natural con profundidad apenas para zafar.
Como era la única esperanza, continuamos tirando con nuevas expectativas y nuevas fuerzas surgidas de no sé dónde.
Al alcanzar aquella zona clara, Uke se adrizó por completo. Continuamos tirando un rato mas de las anclas hasta quedar aproados al viento. Supimos entonces que sólo tendríamos una oportunidad.
Agneta tomó el timón y yo subí las velas con toda celeridad. Cuando Uke recibió el viento de lleno en todo el trapo, escoró hundiendo una banda en las aguas y comenzó la arrancada. La suerte estaba hechada, de modo que fui casando del cabo del través tal como me pedía el barco.
En ese momento una gran ola golpeó el casco e inundó completamente el óptimist que llevábamos abarloado. Uke dio un frenazo a consecuencia de ese peso adicional y repentino. Sin pensarlo más, dí un corte con la navaja al cabo de remolque del auxiliar que lentamente se perdió en la estela sacrificándose para dejar libre el camino de Uke hacia la salvación.
En la última mirada a la isla, vimos sobre las rocas de la orilla, la sombra gris de un enorme velero que se destacaba en el amanecer arenoso. Todavía mostraba unos mechones de vela que colgaban del palo mayor.
Uke estaba en plena velocidad cuando solté el último cabo de la segunda ancla salvadora.
Salíamos hacia alta mar.
Salíamos hacia la vida…”
extraído del libro "Estela blanca en el mar rojo" de ed. Noray
(30-05-2020, 09:01 AM)Velero Simbad escribió: [ -> ]Yo solo he navegado en un biquilla, el Prometeo, y no note nada especial ......
Pues ya tenemos algo con lo que divertirnos, le vendamos los ojos "a los concursantes" y lo hacemos navegar en 8 ó 10 barcos distintos, algunos con una sola quilla y otros con dos. Sin porcentajes establecidos de unos u otros. Incluso dos veces o más en un mismo barco. Y luego vemos el resultado final.
Creo que este nos sorprendería.
Saludos.
Yo no conozco ningun astillero con el modelo en biquilla o quilla central, si con quilla o derivador, Jeanneau cuando hacia barcos tenia unos cuantos
El Moody 35 que tengo es biquilla y tambien lo hacen mono. Creo que de las 160 ud que se fabricaron en los años 90, 1/4 fueron biquilla.
Yo estoy muy contento con el, como dices, tiene ventajas e inconvenientes, pero que barco hay perfecto? Creo que lo que hace cada armador es conocer su barco lo mejor posible y adaptarse a el.
Pues ya tenemos a Moody y a RM, a ver si salen mas
(31-05-2020, 05:39 AM)Juan Solis escribió: [ -> ]Un bonito texto marinero que he desayunado esta mañana y he pensado en compartido:
CHOCAR CON UNA ISLA
Una pareja de navegantes Españoles, realizaban un crucero por el mar Rojo en su velero “Uke”, ketch de acero de construcción artesanal.
Él es Pepe Ribés, un conocido crucerista, regatista, instructor y “trasladador” de barcos. Y de ella, como en la generalidad de los casos, sólo trasciende su nombre, Agneta.
Ocurrió a fines de los ´80, por lo cual, el posicionamiento en la carta náutica se obtenía por sextante. Y ese día, la reverberación debido al calor y humedad se supone que infringió el error.
Grande el Pepe Ribes, he querido saber de el y solo he encontrado esto, a ver si pillo el libro, parece ser una autobiografia
https://www.vivecastellon.com/noticiario...26811.html
Uf, intervengo por alusiones –mi barco es un biquilla de plástico de solo 23 pies, así que no tengo excusa- y rogando clemencia al Jefe por la intrusión. Afirmar porque sí que los biquillas, en general, no ciñen o se bambolean de popa es como decir que los monoquillas, en general, ciñen de locura y van bien de popa. Hay de todo en este desigual reparto de quillas y timones. Barcos patosos, otros que van como cangrejos, veleros que parecen péndulos y trastos con una quilla cuyo ángulo de ceñida es de chiste. Decir que los Sadler, British Hunter, los últimos Westerly o Moody, los Seawolf, Django, los RM, los Olea y tantos otros que ahora no recuerdo, son torpes ciñendo, es dejarse llevar por los prejuicios y hablar de oídas. Entre la versión biquilla y la convencional del Surprise, por poner un ejemplo de monotipo de regatas, los chicos de “Voile Magazine” apenas encontraron diferencias significativas. Mi vecino de pantalán tiene un Tonic 23 en versión derivador (una forma como cualquier otra de enfrentarse a las mareas y sus penurias) y aunque me saca casi un metro en eslora de flotación, su ángulo de ceñida comparado con el mío es lamentable. Sí, ya sé que tampoco el Tonic es una máquina de regatas, pero hablo de opciones. Marc Lombard lo dejaba claro en una entrevista. La versión biquilla de un diseño navega infinitamente mejor que la versión de quilla corta del mismo, sencillamente porque cala más al escorar, mientras que la versión de quilla corta cala menos y pierde prestaciones. Y versiones con quilla corta de veleros comerciales, por elección de su armador, hay a cientos por nuestros puertos. Y sí, hay versiones con dos quillas y dos timones de muchos RM y Django. Los diseños de estos perfiles han evolucionado y las bondades de las derivas laterales mandan hoy en el diseño moderno. En aguas atlánticas, la luna tiene la última palabra. O te ciñes a los horarios o recortas quilla. En mi puerto hay barcos con quilla larga que miran de reojo la tabla de mareas y salen poco. Abundan, por el contrario, los derivadores. Es ley de vida si quieres moverte por estas aguas sin dejar de mirar de reojo las manchas amarillas del fondo. Un biquilla moderno (me da igual que lo diseñase Ed Dubois, Tony Castro, David Thomas o Lombard) es una opción más que factible. Lo del mantenimiento, la ausencia de cuna y otras ventajas derivadas de tener dos patas, lo dejo para otra ocasión. Y perdón a todos por el desahogo. Deben ser secuelas del confinamiento. Buen domingo.
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(31-05-2020, 09:32 AM)Velero Simbad escribió: [ -> ]Pues ya tenemos a Moody y a RM, a ver si salen mas
También están los Sirius
https://www.sirius-werft.de
Cualquiera de sus modelos los puedes comprar en tres versiones, quillado, doble quilla y quilla retráctil.
Segun dice el Astillero
Twin-keels
Our twin-keel design has been optimized according to the latest hydrodynamic research, and comparison tests have shown that there is little or no loss in performance compared to the standard fin keel. The twin-keels are ideal if you wish to dry out.
Quiere decir no existe ninguna diferencia apreciable entre una quilla o doble quilla.
También incluye artículos prensa náutica comparando las tres versiones
https://www.sirius-werft.de/wpsirius/en/yachten/kiele/kimmkiele/