Martin, probablemente voy a decir cosas que ya sabes muy bien y espero que me perdones por la buena intención.
Yo tengo un Spray 40, de quilla corrida y 16 Tm de desplazamiento. Tardé dos años en poner una hélice de proa por temas presupuestarios, pero la puse cansado de hacer maniobras de alta precisión pues, al tener botalón, sólo podía amarrar de popa.
Al dar atrás, el barco obedece a tres cosas: el viento, que hace que la popa vaya hacia él de manera irremediable; la presión lateral de las palas, que como sabes, en un motor dextrógiro se lleva la popa a babor (con permiso del viento) y, por último, el timón con el permiso de los dos anteriores.
La única manera de meterse de popa en un amarre es colocar el barco en una posición tal que, haciendo lo que él quiere hacer, haga también lo que quieres tú.
Hay una situación ideal, que es cuando el viento viene del amarre. Ahí das atrás habiendo centrado el barco en el eje del amarre y listo. Él solo se pone de popa al viento y se mete en el amarre.
En calma chicha, el secreto es dar máquina para coger un poco de arrancada y aprovechar la presión lateral de las palas para que caiga hacia el amarre y, en cuanto tenga un poco de velocidad, parar máquina y mover el timón NO MÄS DE DIEZ GRADOS. todo lo que sea pasar de diez grados de metida es no sólo inútil, sino contraproducente. Y la hélice quieta, pues manda más que el timón!
Con viento perpendicular al amarre tienes que situarte con el viento de amura y el amarre por la aleta de la misma banda. en cuanto des atrás la proa irá cayendo a sotavento y la popa se irá metiendo en el sitio.
Lo más jodido es entrar en un amarre con el viento de proa. Sólo hay dos posibilidades: te acercas con el viento de través, muy cerquita de los vecinos e intentas meter al popa a base de latigazos. A veces sale bien, pero es habitual quedarse planchado sobre las amarras de los muertos vecinos en cuanto cometas un error pequeñito.
La segunda posibilidad es factible sólo si llevas un tripulante a proa: te metes de proa en el amarre; el tripulante agarra la guía del muerto con un bichero; das atrás para volver a salir mientras el tripulante va dejando pasar la guía; cuando llega el cabo lo amarra por proa y espera a que el barco bornee y tenga el amarre por popa. A partir de ahí ya es sólo "descolgarse" por el cabo y amarrar.
Está claro que hay muchas circunstancias variables, como la estrechez de las dársenas, el viento que no es exactamente de través ni de proa, etc. Pero en líneas generales esto es lo que hay.
1.- Yendo atrás, el que manda es el viento y la popa se va hacia él.
2.- Con poca arrancada, la presión lateral de las palas puede más que el timón. Hay que parar máquina en cuanto se pueda
3.- Poco ángulo de timón es una de las claves. Con todo a la banda se produce en la pala un efecto parecido a la "perdida de sustentación" de los aviones y deja de servir para algo. En mi caso, la respuesta óptima se da entre 6 y 8 grados.
Acostumbrado como estás a que las maniobras se compliquen, tendrás bastante con la ayuda de una hélice de proa pequeña. Yo instalé una de Vetus, creo que de 50 Kg de empuje, y, aunque sigo respetando los deseos del barco para que haga lo que ambos queremos, tengo suficiente con esa ayuda y vivo mucho más tranquilo!
Por cierto, al planear la instalación procura ponerla lo más profunda que puedas.
Y reitero mis disculpas si sólo he dicho cosas que ya sabes. A alguien le servirá, en todo caso.